Pepa Luzardo tiene armado un lío con el concurso de mantenimiento de la red de saneamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que es una ciudad que apesta. Las razones de la ex alcaldesa son de perreta política, pero mientras ella de desgañita en el desierto, el clima y el mal estado de la red de alcantarillado producen olores en muchos sitios porque muchos días no se depura el agua por exceso de sal procedente de la intrusión marina. La red es tan deficiente que el agua del mar se cuela de forma importante y recurrente. Son días en que los agricultores de medianías se desesperan por no recibir agua depurada que termina por tirarse al mar, muchas veces en su totalidad. Una fatalidad si a ello se une que un digestor recientemente instalado en Barranco Seco no funciona. Doce largos años estuvo el PP y nada se hizo, y los nuevos llevan casi uno sin hacer nada. A ver.