Otra de nuestras musas, también integrante de ese mismo Gobierno, pero de otro partido y en un rango institucional menor, es Pilar Parejo. Se le reconocen a la viceconsejera de Turismo grandes cualidades, entre las que destaca una altísima capacidad de trabajo, una entrega a la causa sin parangón, y una seguridad plena en sus propias decisiones, incluidas las erróneas, que ya quisieran para sí muchos servidores públicos. Su permanencia en el Gobierno, sin embargo, se ha puesto en solfa en más de una ocasión, no por las polémicas generadas (Saturno, Hecansa, los ninguneos a Herrerita...) sino por los efectos colaterales que su ímpetu y su empuje pudieran ocasionar en la imagen del presidente del Gobierno, su pareja sentimental desde hace muchos años. Es decir, que en lugar de beneficiarle, como podría deducirse de un análisis simple, la relación sentimental pudiera estar perjudicando a Pilar Parejo, que tiene un futuro político innegable sea quien sea su pareja. Y lo decimos con absoluta seguridad.