A todas éstas, continúa en algún despacho de la Fiscalía Anticorrupción, sección Las Palmas, aquella famosa denuncia presentada en abril de 2004 por Iñaki Urquijo. La denuncia en cuestión respondió a lo detectado durante la gestión llevada a cabo por los dirigentes del club en años de mucho fichaje triple, doble y leche y leche. El juez la derivó a la Fiscalía, y todo parece indicar que se aparcó a la espera de que se salvara el club. Los peor pensados dan por seguro que a partir de este lunes alguien se pondrá a desempolvar el legajo, no vaya a ser que, encima, haya que reclamar responsabilidades a alguien. Sabemos de algunos miembros de aquellos consejos de administración del club que han manifestado su absoluta tranquilidad por lo hecho en aquellas calendas, y de otros que incluso consideran que esa denuncia y su reactivación tienen bastante tufo a chantaje. No son sólo los cinco de Pío XII, sino medio centenar de personas que pasaron por la dirigencia del club, los que podrían tener que ofrecer explicaciones. Y no anda el horno para bollos en los juzgados.