De repente, con el comercio y el bebercio preparado, te llama una persona vinculada al Cabildo de Gran Canaria para darte una mala noticia. Mira, te dicen, que los tres invitados estaban encantados de ir, pero a alguien se le ocurrió consultar con las alturas y desde el Gabinete de Prensa nos mandan el siguiente mensaje de parte de Larry Álvarez: a las comidas no van los técnicos, que van los políticos. Así que o invitas a Pedro Luis Rosales (consejero de Cultura) y te comes el marrón de quedarte dormido a los siete minutos, o te haces un pan con tortas. Y tiras la comida, claro. Tú, que eres un anfitrión muy educado, no mandas a freír espárragos a tu interlocutor telefónico, le dices que bueno, que te lo pensarás, y sencillamente dejas las sillas vacías, vas al armario de los tupperware y guardas para cuando no haya. Y la próxima vez que no consulten, o que no le cogan miedo a los gansters.