Para que vean ustedes cómo son las cosas de la sanidad pública canaria y lo que nos queda por ver. Hemos iniciado una ligerísima incursión en las procelosas aguas del Servicio Canario de Salud, aun a riesgo de que nos dé un jamacuco con tan laberíntica administración y sus correspondientes y muy reservados programas informáticos. Pero algo vamos cogiendo, y ya han visto lo que les hemos acercado. Mientras, continúa produciéndose ese rasgar de vestiduras por las transferencias sanitarias, y el SCS de dispendio en dispendio. Por ejemplo, en Mauritania, país con el que ese departamento tiene suscrito un convenio desde la época de Antonio Sierra, allá por 2001. Tal convenio está firmado con la Caja Nacional de Seguridad Social de Mauritania, que pese a lo rimbombante del nombre, es una mutua privada de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.