El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
En doce horas se firmaron las dos operaciones
José Francisco Henríquez ha optado por la decisión que mejor protege sus intereses personales y la imagen de La Caja, lo que importa exactamente un pimiento al consejero de Economía y Hacienda, llamado por ley, precisamente, a velar por la excelencia y el buen gobierno de las entidades de ahorro dependientes de las instituciones canarias. Los aliviaderos de la venganza funcionaron a la perfección, y las dos operaciones empantanadas desde que Soria interviniera en el asunto, quedaron inmediatamente desbloqueadas el lunes por la noche, a poco de conocerse la decisión del consejero de abandonar su puesto voluntariamente. Al día siguiente, martes, ya estaban los servicios de La Caja poniendo delante del dimisionario consejero los documentos para la firma de las dos operaciones, una diligencia digna de mejor causa que seguramente habrá llamado la atención hasta del notario ante quien se firmaron las preceptivas escrituras ese mismo día. Escasamente doce horas, doce, entre una decisión y la firma, lo que debe servir a todos para reflexionar y llegar a las conclusiones que se consideren más aplicables al caso. Si alguien tiene a mano un diccionario que busque la palabra “sinvergüenza”. Y luego, pronúnciese en plural.
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