Vayan por delante nuestras disculpas a los lectores majoreros por no haber tratado, como se merecen, las divergencias internas en el PSOE sobre la ubicación de una nueva central eléctrica en Antigua. La semana pasada nos limitamos a informar sobre el acuerdo unánime en la Junta de Portavoces del Cabildo majorero y en el pleno insular del viernes, en colisión directa con la postura de la Ejecutiva insular del PSOE de rechazar la central en la zona de Monteagudo. Pero hemos podido catar algunos datos jugosos que permiten entender el extraño consenso. Nuestro simpar Blas Acosta, portavoz del PSC-PSOE en el Cabildo, situó desde el martes a los suyos junto al gobierno de CC-PP para aprobar los nuevos emplazamientos de energía de la isla. Y lo hizo en la Junta él solito, sin encomendarse a nadie. Tanto, que a las 48 horas, su secretario insular, Fuentes Curbelo, desautorizaba el voto socialista para Monteagudo, entre otras cosas, por estar incluida la zona como especial de paso de aves (ZEPA).