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Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Dos fabuladores fabulando de lo lindo

Lo que natura no da, Salamanca no presta. Si José Miguel Ruano y José Manuel Soria creen haber tenido mucho éxito en política contando fábulas y cuentos para no dormir, no vamos a ser nosotros a estas alturas del curso quienes les quitemos el capricho, pero tampoco quienes les riamos la gracia. La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, lo que en sentido contrario viene a significar que una mentira es una mentira, se diga en una tribuna parlamentaria, ante notario o en una sede judicial. Tenemos por sana costumbre en este periódico contarles la verdad de lo que pasa, contrastar al máximo las noticias y equivocarnos lo más mínimo, aún reconociendo nuestra humilde condición de humanos, sometidos por tanto al error. Pero una cosa es equivocarse y otra bien distinta mentir con descaro. Hay políticos, sin embargo, a los que le da exactamente igual la verdad y la decencia, y con tal de salirse con la suya, la retuercen hasta dejarla hecha una piltrafa siempre que conserve algo de creíble. Es el imputa y luego impugna goebbeliano, que permite a quien ejecuta la práctica engañar a unos cuantos un breve periodo de tiempo con el muy perverso fin de dañar la imagen de aquellos que, contando la verdad sobre el mendaz, cumplen con su cometido. A lo que íbamos, Ruano faltó a la verdad este miércoles en el Parlamento a la vez que Soria mentía con su descaro habitual en el TSJC. Y en ambos casos, para tratar de desprestigiarnos.

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