Nuestras informaciones sobre la operación casinos montada por la consejera María Australia Navarro por “órdenes de arriba”, como ella misma ha dicho, ya son patrimonio de la humanidad. Nuestros compañeros de La Provincia (bienvenidos) han abordado el asunto estos días y han descubierto que, además de Orlando, hay otras fábricas de tomate distribuidas por el mundo. Una de ellas está en Isla Mauricio, como todo el mundo sabe y los demás se imaginan. Mauricio y Soria han metido en un berenjenal a la pobre Australia y de paso han dejado en evidencia al presidente del Gobierno, que ya ha tenido que salir para decir que las cosas de la consejera las va a resolver ella (buen descubrimiento) y que las cinco licencias para Las Palmas no se van a otorgar inmediatamente (lo dijimos nosotros 14 horas antes). La única que parece adjudicada informalmente, es decir, de aquella manera y con tomate, es la de Meloneras, la que va en el gran hotel Costa Meloneras. Otra cosa es que a Eustasio López, el feliz agraciado, se le infle la cachimba y empiece a decir que no a tanto favorcete sobrevenido. Ya les adelantamos que el dúo de Oriente no va a permitir que el retraso sea mucho. Con el ruido electoral nos tratarán de colar alguna perla en el BOC.