El informe, que viene a ser algo así como el pliego de condiciones para el concurso, relata con todo lujo de detalles lo que necesita el servicio de Educación para sus saraos, que llega incluso a fijar el importe del cóctel mínimo (cuatro euros por comensal), a los 32,25 euros, que debe ser ya en plan fiesta mayor. Las necesidades que se describen son bastante eclécticas y van desde el socorrido canapé de chorizo de Teror, ideal para el posterior morreo, a la delicatessen del jamón de bellota o de jabugo, el solomillo fresco con huevos de codorniz y el jamón de pato con miel de palma. No nos podemos imaginar, ni por asomo, una reunión al más alto nivel en esa Concejalía para elaborar el listado de canapés, sino más bien a un diligente funcionario o funcionaria pasando a papel timbrado los once menús que les envió la empresa adjudicataria, Vanyera, la única que se presentó al concurso. Por cierto, la misma que está sufriendo la ineptitud del Ayuntamiento en el desahucio de La Markesina.