El denunciante del caso del salmón debe ser desprestigiado, descalificado como periodista, amenazado y asesinado cívicamente. Ya lo insinuó hace algunos días el vocero que tiene Juan Francisco García para sus trabajos sucios: “El trabajo del periodista es contar la verdad, pero cuidado, cuidado con la verdad porque te la puede jugar y te puede condicionar hasta el fin de tus días” (Chavanel, el pasado jueves, tras contar la amenaza de muerte contra Roberto Saviano, el autor de Gomorra). Menos sutilmente, porque la madre naturaleza no lo dotó para esa habilidad, un director adjunto de Canarias7, Manuel Mederos, lanzó un terrible aviso a los jueces canarios, los que habrán de ver las causas del PP y de Juan Francisco García en los tribunales, o sencillamente los que puedan no tener miedo al sistema mafioso que se pretende implantar: “Los jueces que se pongan en fila que vamos a pasar revista. Vamos a seleccionar los apellidos que llevarán en los titulares de prensa a partir de ahora”, empezaba el artículo en cuestión.