El penúltimo lío interno en la Jefatura Superior de Policía de Canarias se lo hemos contado desde el domingo: tres mandos del Cuerpo en Lanzarote han sido imputados por un juez por trato degradante, tras una denuncia de un matrimonio de policías destinados en el puesto fronterizo del aeropuerto de Guacimeta, que desde hace ya dos años largos siente que sufre una injusta persecusión continuada. El caso, que afecta a un viejo conocido de los juzgados como es el comisario de Arrecife, Federico Teodoro, se ha querido llevar con el máximo sigilo, dado los antecedentes que les podremos contar en breve, pero ni la comisaria provincial, Sagrario de León, ni el DAO (Director Adjunto Operativo) desde Madrid, Enrique Pino, amigo íntimo de la pareja de la provincial, el jefe superior de Baleares y excomisario de Maspalomas, Antonio Jarabo, han podido evitar que la imputación corra como la pólvora y alcance, de nuevo, a las tensas relaciones laborales en la Policía Nacional. A lo sumo, lo que ha logrado la estrategia de defensa de los tres imputados, marcada desde la Jefatura, es echar a pelear a policías, ante la decisión de asignar al caso para defender a los imputados al abogado del Estado adscrito a la Jefatura Superior, un inspector jefe que a regañadientes se ve en la tesitura de pleitear contra compañeros, el matrimonio de policías denunciante de sus mandos superiores en Lanzarote.