Paquita Luengo no ha parado de estudiarse el expediente de Tebeto, y cada día que pasa descubre nuevos gazapos, a su juicio premeditados. En su partido, concretamente en el Grupo Socialista, existen discrepancias acerca de la conveniencia de que sea ella quien dé la cara ante la opinión pública o sea Manuel Fajardo Palarea, al que se ha encargado que eche una mano. Los socialistas no quieren quemar a Luengo porque saben que Soria intentará por todos los medios desprestigiarla y mezclarla en el escándalo. Pero, por otra parte, sus compañeros reconocen en ella a una mujer trabajadora, con conocimientos y tesón suficientes como para ganar esta batalla. En Coalición Canaria, los socios de Soria en el Gobierno, dicen conformarse con no salir salpicados en este escándalo, pero echarán una mano al vicepresidente en caso de apuros. Soria intentará echar el resto y volver a salir públicamente en defensa del honor político de su hermano Luis. Bastante precario, dicho sea de paso y sin ánimo de ofender.