No son formas las que tiene el presidente de la Autoridad Portuaria, como ha demostrado a cuenta del recurso por el dique de la Reina Sofia. Si existiera un Comité de Salud Pública de la Nacionalidad, habría dado lugar a inhabilitarlo a perpetuidad. Matonismo, malcriadez, grosería... son nada comparado con la arremetida que ha practicado contra Lopesan y contra el alcalde Soria. La afirmacion de que las costosas últimas páginas de publicidad de Soria en los periodicos de papel son pagadas por Lopesan, no es otra cosa que la licencia que se permiten las fulanas perdularias que se creen con derecho a decir de todo porque no tienen honor ni recato que administrar. El understatement, perdonen el palabro, es que quien se cansa del juego de un sistema no tiene mérito sino pena. Es el mandamiento mafioso de que no es posible salir del juego. Son muchos los ciudadanos que se preguntan sobre la deslegitimación de la política autonómica: ¿para qué una Autoridad Portuaria nombrada en las esferas del poder autonómico? ¿Acaso no puede Lopesan hacer uso de unas garantías constitucionales y recurrir? Estamos ante el Jesús Gil de la politica canaria, todito él responsabilidad de la Coalicion Canaria que lo puso allí y allí lo sostiene, entendemos que con mutuo sostén.