Tal es el control que Álvarez trata de ejercer sobre sus gabinetes de prensa, que es capaz de poner en un brete al mismísimo viceconsejero de Comunicación, Daniel Cerdán, que trata de calmar como puede las críticas -que van camino del clamor- de los medios de comunicación. La mayoría de ellos están que se suben por las paredes por la total opacidad que rodea a algunas consejerías del Gobierno, entre las que se encuentran todas las del PP y, curiosamente, también la de Política Territorial (CC rama Lanzarote), que no controla Larry que sepamos. En una práctica nada habitual y muy nociva para la imagen del Gobierno de Canarias, esos jefes y jefas de prensa de consejerías del PP ejercen su particular lealtad para con Larry, que es quien decide cuándo, cómo, dónde y por qué habla cada consejero. Confiamos en la mano izquierda de Cerdán y en el principio de autoridad institucional, que está por encima de los intereses de partido.