Se abrió de modo oficial el curso político con la entrevista solemne al presidente del Gobierno de Canarias en Televisión Canaria, la suya propia de él. La cadena eligió el salón García Escámez, del hotel Santa Catalina, ideal para bodas, bautizos y comuniones, pero que deja bailando cualquier set televisivo que se monte en medio, por mucha cabeza caliente y planos cenitales con lámparas que se tercien. Alguien se olvidó de avisar a recepción de que quitaran el hilo musical, lo que provocó que durante casi toda la entrevista multibanda se escucharan de fondo unos animosos violonchelos que, unidos a la melodiosa voz del cantante solista, animaban a apalancarse aún más en el sofá y esperar a que algún periodista diera un do de pecho. Hubo algún intento, pero salió gallo.