“Ayer nos fallaron los controles”. La frase es de Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, y la escribió en su Twitter ante la avalancha de críticas por un desafortunado, y posiblemente delictivo, artículo del columnista Salvador Sostres. La fiscal de violencia contra la mujer ya lo está estudiando por si hubiera que actuar judicialmente contra este aguerrido representante de las más rancias y avinagradas invectivas que pueblan cada día las páginas de ese diario. “Nos fallaron los controles”, resumía Pedrojota al tiempo que ordenaba retirar una parte de la basura, que la otra seguía en pie tan campante. Del artículo del tal Sostres qué quieren que les contemos, que justifica la violencia machista en base a una muy primitiva teoría que se podría resumir en “la maté porque era mía”, y máxime “si llegas a casa, te dice que te abandona y encima que el hijo del que está embarazada no es tuyo”. Nada que esperar de este desequilibrado que ya dejó sobradas muestras de sus derivas emocionales cuando relató sus gustos por determinado tipo de mujer joven y sus apreciaciones sobre las personas de otras razas. Con ese y otros antecedentes del sujeto, no caben excusas del director de El Mundo, al que no fallaron los controles con este colaborador porque en realidad no existen controles de ningún tipo. Está abierta la veda y es precisamente Pedrojota quien más anima el cotarro. El suyo y el de sus incontrolados descontroles.