Todavía no ha empezado a operar de modo efectivo la aspiradora en la Autoridad Portuaria de Las Palmas y siguen apareciendo las perlas que Arnáiz cultivaba bajo las alfombras. La primera de ellas se la acercamos en la sección de Economía de esta edición y tiene que ver con el puerto de Arinaga, donde el ex presidente portuario se ha cubierto de gloria por el Este y por el Oeste. Sumen a aquella estrafalaria compra de terrenos al Cabildo por 24 millones de euros, el regalito que ahora va a frenar Emilio Mayoral de conceder en noviembre a unos amigos de Arnáiz los últimos suelos disponibles en el muelle de Arinaga. Pero por si les parece poca la generosidad que rebosaba este hombre por los cuatro costados, fíjense en lo que le hizo a una estrecha colaboradora: alarmantemente superados los límites de anticipos a cuenta de su sueldo, que llegaron a unos 48.000 euros, Arnáiz le otorgó un despido de 90.000 euros de liquidación, con lo que todos quedaron contentos. Especialmente la afectada.