Es cierto, al departamento de Agitación y Propaganda del PP hay que darle algún premio. Se lo han ganado a pulso estos últimos diez años, más o menos, tiempo durante el cual nos han tenido a casi todos instalados en la creencia de que España va bien, el Prestige es un hermoso juego de plastilina, Irak es un scalextric, Álvarez Cascos una ursulina descalza y Zapatero el violador del Ensanche. No les hablamos ahora de Cascos, que se marcha, sino de la campaña de publicidad del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, campaña que la Junta Electoral Central, con el retraso que le caracteriza cuando de sancionar al PP se trata, ha ordenado retirar. Como en el caso de Dimas Martín, la orden de retirada debe viajar en burro, porque este miércoles pudimos ver cómo en algunas marquesinas de Guaguas Municipales (exactamente en el barrio de Casablanca III) se instalaban nuevos carteles. Al mismo tiempo, se podían escuchar cuñas de radio recordando a los delicados contribuyentes qué bueno es el Gobierno del PP que sube las pensiones como siempre y que ahora, como novedad, se ocupa de las personas. Vamos a ocuparnos un momentín del PP y de su monumental jeta.