Lo visto en Mogán hasta ahora en el marco de la operación Góndola es bastante poco en relación con lo que se estima que puede ocurrir allí. Lo saben funcionarios, lo saben periodistas, lo sabe el público en general, pero no parece que lo sepan los que deberían. No les vamos a insistir mucho en el caso de ese cabo Santana, tan ligero él de cartuchera, al que el alcalde del municipio, Francisco González, ni siquiera ha expedientado. Una rareza más del municipio porque el señor agente acumula dos denuncias por amenazas en menos de un mes. Lo necesitará Paquirrín armado, debemos entender, lo que constituye una nueva amenaza para este regidor en peligro de extinción. En realidad creemos que lo que le estallará a Paquirrín no será el cabo Santana, que también, sino el hundimiento masivo de toda la flota de góndolas que hay amarradas en esa particular Venecia.