Al líder de este partido tan dado a tirar del dinero público para sus trapisondas siempre le viene a la boca una socorrida frase que lo mismo usa para un zurcido que para un fregado: “Estamos ante el mayor escándalo de la democracia española”. El sofisma le vendría muy bien para describir el asunto que hoy les acercamos en nuestro periódico si, en lugar de ser protagonizado por sus correligionarios, hubiera sido obra de malvados socialistas. Imagínense a Roberto Moreno, consejero de Turismo de Gran Canaria, ordenando a sus subordinados del Patronato de Turismo que, con dinero público traspasado a ese departamento por -pongamos por caso- el consejero socialista de Turismo del Gobierno, Blas Trujillo, se le pagaran las vacaciones al portavoz adjunto del PSOE en el Senado. Imagínense, siquiera por un momento, a Roberto Moreno eligiendo para tal cafrada un hotel propiedad de un empresario cercano al PSOE, a mayor abundamiento amigo íntimo del secretario general del PSC, José Miguel Pérez, ¿estaríamos o no estaríamos ante el mayor escándalo de la historia de la democracia? Pues así ha ocurrido, queridísimos, porque así hizo la señora Montelongo en un hotel propiedad de Mario Romero Mur, uno de los más cercanos amigos íntimos de Soria, el que fuera señalado por el dedo del líder como pre-candidato a alcalde de Las Palmas de Gran Canaria.