La primera que se debatía en un mar de dudas estas últimas semanas era Claudina Morales, que considera una asignatura pendiente retomar la alcaldía de La Oliva a toda costa después de su estrambótica salida de 2007, con aquella foto de Soria acudiendo a respaldarla tras el pacto de los socialistas con el marqués. Pero, a su vez, resulta que esta señora es la presidenta nacional de Coalición Canaria, lo que la obliga a estar ocupando escenarios regionales, aquellos donde se corta el bacalao y se bate el cobre, y ustedes perdonen el doble topicazo pero sabemos lo que nos decimos. Y ese escenario influyente no es otro que el Parlamento regional, ocurra lo que ocurra después de mayo, sea cual sea el pacto que gobierne Canarias a partir de entonces. De habérsele autorizado de modo extraordinario el doblete, esas ocupaciones orgánicas regionales le habrían impedido una adecuada dedicación al Ayuntamiento de La Oliva, que viene a ser lo que definitivamente ha llevado a Asamblea Majorera a recomendar cariñosamente a Claudina Morales a dejar para mejor ocasión su vocación municipal.