La confesión de Santiago Santana no hay por donde cogerla, sencillamente porque carece de fundamento alguno a poco se le ponga en contraste con la documentación que les hemos venido ofreciendo estos días y que ponemos a disposición de la Fiscalía si tiene a bien pedirla. Si se fijan en los papeles comprobarán que el pringado de Aguedita sólo aparece como “contacto” en la hoja de reserva hecha en el hotel donde se alojó el senador Burgos. De ahí que en su comunicado de confesión se diga que él era el responsable de hacer las reservas, una falsedad insostenible porque, como cargo de confianza, no tenía atribuidas competencias administrativas. El nombre que sí aparece de modo inequívoco firmando, junto a Águeda Montelongo, tanto la retención de crédito como el informe justificativo del gasto (endosando la invitación a un supuesto touroperador) es José Luis Cabrera Bonny, ex gerente del Patronato, despedido fulminantemente por el presidente del Cabildo al descubrirse, a través de CANARIAS AHORA, que por este mismo procedimiento también se había pagado el coche de alquiler durante un fin de semana al secretario general del PP canario, Manuel Fernández. Pero, ¿quién es este JL que tanto se intenta proteger? Pues un delfín de Soria, cuñado de una de sus personas de la máxima confianza, Mari Carmen Hernández Bento. Con el núcleo duro hemos topado.