La campaña de descrédito hacia López Aguilar continúa su imparable camino, y no cesará hasta que se convoquen elecciones autonómicas en 2011, porque de momento parece descartado un congreso extraordinario o una censura que desemboquen en la renuncia del ex ministro a la secretaría general del PSC. Lo hemos repetido muchas veces: independientemente de las debilidades que pueda presentar Jotaflá, su principal pecado es hacer cosas como la de este domingo, señalar con todas sus letras (y su número) a los periódicos que están al servicio del régimen, al que incomoda sobremanera que un político llame a las cosas por su nombre en Canarias. A esa campaña ayudan, cómo no, comportamientos como los de Jerónimo Saavedra, continuamente criticando a su secretario general sin ofrecer más alternativa que las elucubraciones sobre un intento firme de Ferraz de remover a López Aguilar de inmediato. Junto a Saavedra, los medios creativos suman el nombre de Blas Trujillo, que también es crítico pero guardando las formas en público.