El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Puerto de la Cruz y Güimar
Nada se sabe, a la hora de publicar estas líneas, de las reacciones de los politburós de los tres partidos implicados en la refriega, más allá de la tibieza de López Aguilar, la estéril contundencia de Soria para con el marqués o la más que esperada y medida tamborada de Asamblea Majorera. Dejamos aparte la siempre inevitable metedura de pata de Barragán, del que no se sabe muy bien en nombre de quien habló cuando elogió la reacción del PP. Nadie ha tratado de traducir al lenguaje tinerfeño la censura de La Oliva, porque si de molienda se tratara, al PP le bastaría con ordenar a los suyos de Puerto de la Cruz y Güimar que rompieran con los socialistas, que ocupan las alcaldías en esos municipios gracias a los conservadores. Otra cosa es que Soria no pueda, no deba o no se atreva. O no convenga, que vienen los congresos insulares y el regional, y no está el horno para bollos.
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