La cosa suena chunga, pero no es para tanto. Al consejero de Presidencia le van a practicar el lunes algo que de solo nombrarlo asusta: una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica. Es decir, una operación para destupirle el colédoco, para entendernos, el conducto por el que el cuerpo humano (incluido el del señor consejero) segrega bilis para la descomposición de los alimentos. Cuando se tupe, la bilis se acumula en el hígado y la cosa se complica hasta quedársete un color amarillento que te conduce de cabeza al médico. Lo informaba este viernes el departamento de prensa de la Consejería de Presidencia y Justicia, que aseguraba que la intervención no reviste especial gravedad (salvo complicaciones) y que el consejero está ingresado pero atendiendo las cosas de su departamento tan ricamente. Es recomendable, ya que andamos jugando con las cosas de la bilis y la bilirrubina, abstenerse estos días de sobresaltos que pueda provocarle cualquier periodista boludo, Julio Cruz, secretario de Organización, o cualquier dirigente del PSOE de Tenerife, últimamente muy dados a meter el dedo en el ojo al socio nacionalista de Coalición Canaria acusándolo precisamente de romper los pactos que el PSOE tinerfeño se empeña en romper. En fin. Coñas aparte, deseamos a Paco Spínola una pronta recuperación.