Hay gestos políticos que no sirven de nada, como aquel anuncio de Larry Álvarez de que el aumento de sueldo que exigió en el Cabildo como consejero de la oposición lo iba a destinar a una ONG. El que ha tenido este lunes el PP tinerfeño asegurando que Manolín Fernández no cobrará nada por ejercer de jefe de las concejalías de su partido en el Ayuntamiento no sólo es inútil, sino también inquietante. Porque la primera duda que a todos los ciudadanos debe estar embargando en estos momentos es descifrar el arcano sobre cómo se va a ganar la vida el vástago de Manuel Fernández, si va a vivir de la fortuna familiar o si se ganará el pan compatibilizando hábilmente su cargo público con la actividad privada, siguiendo la estela ya acreditada (y muy compatible) de su señor padre de él. Imaginamos que esa actividad paralela no interferirá lo más mínimo en su gestión municipal. Ni en la de sus concejales.