¿Y cual es el transfondo del asunto? A Gago pareció molestarle que alguien se hiciera eco del viaje en jet guatemalteco de Aznar y quizás por eso mezcló a la jefa de prensa del PP cuando Quevedo escribió: “Aznar ha dejado de ser un ex presidente para convertirse en una versión casposa de Ricky Martin, y no es consciente de que esa imagen perjudica gravemente a la de su partido: el daño que Aznar le hace al PP es inversamente proporcional a los ceros que acumula en su cuenta corriente gracias a sus amigos ricos, y cada vez más peligrosos”. Todo ello porque “el presidente hacía su entrada triunfal, atusándose su larga melena”, ya que “la melena se la atusa, todo sea dicho, cada diez segundos. Aznar se gusta, eso es evidente: seguro que se besa cada mañana cuando se mira en el espejo. Pero quien mudó su bandera de honestidad y austeridad por la buena vida y los negocios con gente al menos sospechosa de no ser todo lo honesta y ética que se espera de ella, no es quien para dar lecciones”. Y es que “José María Aznar llegó a Valencia a bordo de un jet privado, propiedad de un rico empresario guatemalteco, y acompañado de amigos mexicanos, ricos también”. La derecha, a lo que se ve, está que arde...