'Del revés', el nuevo acierto de Pixar que te robará el corazón
Pixar lo ha vuelto a hacer. Ha llegado al corazón de los adultos con la excusa de hacer una película para niños. Lo hizo con Up en 2009 y con Toy Story 3, buscando la manera de encontrar la fibra sensible de todos los públicos con temas universales como la familia, el amor, la muerte o en el caso de “Del revés”, con las emociones humanas más básicas.
Narra la historia de la vida de Riley, una joven del medio Oeste de Estados Unidos, desde su infancia hasta su adolescencia, cuando debe abandonar su ciudad natal y mudarse con su familia a San Francisco. Todo su mundo se rompe por la mitad coincidiendo con su pubertad, su cambio de colegio, sus nuevos amigos, su nuevo barrio e incluso su nuevo cuarto.
Por todos estos cambios sus emociones se manifiestan a flor de piel, personificadas en personajes de colores que viven en su cerebro: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza. Alegría es, desde el nacimiento de Riley, la emoción que siempre la ha acompañado y cuidado, tratando con dulzura sus emociones y recuerdos más importantes, pero algo empieza a cambiar, de repente Alegría se ve desbordada por el auge de las otras emociones y tendrá que hacer un viaje al interior del subconsciente de la joven para salvar su felicidad.
La utilidad de la tristeza
Es grandiosa esta apuesta de Pixar. No sólo por lo innovador que resulta dar vida a las emociones dentro del cerebro humano, sino porque no tiene una moraleja típica ni inútil. No les dice a los niños que el objetivo por encima de todo es la felicidad a toda costa, ni estar contentos siempre sin motivo, sino que explica los cambios inevitables que nuestra mente experimenta a lo largo de la vida, lo positivo que es que algunos recuerdos pierdan importancia en para dar valor a recuerdos nuevos y lo importante que es la tristeza para valorar las cosas importantes de la vida. Para extrañar a las personas que se marchan, para sentir miedo a perderles y para conformarse un carácter que sea capaz de convivir en sociedad.
El guiño de Pixar a un experimento realizado en Tenerife
Esta es la escena de la película donde las emociones viajan a través del túnel de pensamiento abstracto. En este trayecto la emoción Alegría adopta una forma puntiaguda mientras que Tristeza se torna a una forma más redonda. De esta manera, Pixar, hace un guiño a un estudio clásico en psicología realizado por el psicólogo alemán Wolfgang Köhler (1887-1967), por el que se demostró que nuestro cerebro es capaz de asociar conceptos y objetos dependiendo de la forma que éstos tengan. Estos experimentos se realizaron en la Casa Amarilla de Tenerife en 1929 y marcaron un punto de inflexión en el estudio de la psicología, la primatología y la neurociencia.
