‘’Llevamos un mini pueblo itinerante a Gran Canaria y allí daremos trabajo a unas 250 personas“

Franck Hanselman, ante la gran carpa del Circo del Sol en Ginebra.

Iván Suárez

Ginebra (Suiza) —

Franck Hanselman (Rotterdam, 1969) trata de saludar a cada uno de los miembros de la familia Totem en su idioma original. Un esfuerzo nada desdeñable si se tiene en cuenta que en la gran carpa del Cirque du Soleil (Circo del Sol) conviven estos días 28 nacionalidades diferentes. Hanselman es el director de gira de un espectáculo que suma ya nueve años de vida, representaciones en más de 50 ciudades y seis millones de espectadores. Y además, es políglota (habla holandés, inglés, español, francés y alemán).

La carpa se asienta ahora en Plaine de Planpalais, en Ginebra, en pleno corazón de Europa, rodeada de señoriales edificios. Una estampa muy distinta a la que acompañará a Hanselman y los suyos a partir del 5 de julio y hasta el 22 de septiembre. El equipo de Totem cambiará la lluvia y las nubes que han cubierto la ciudad suiza en el estreno del montaje en esta parada por el radiante sol de verano de Meloneras, en el sur de Gran Canaria.

Antes de la premiere de Totem en Ginebra, Hanselman confiesa a los medios que los artistas están entusiasmados por la próxima escala de la gira y la posibilidad de disfrutar del buen tiempo y la playa durante su tiempo libre. El viaje a Gran Canaria supondrá, no obstante, un  auténtico reto logístico para la compañía. “Vamos a llevar a la isla 75 camiones con todo el equipo: la carpa, las gradas, el escenario, la cocina...” En total, más de 2.000 toneladas que serán transportadas en ferri desde Barcelona hasta el Puerto de La Luz.

“Es un mini pueblo itinerante”, reconoce Hanselman, que explica que los primeros efectivos se trasladarán a la isla después de las fiestas de San Juan. El montaje de la carpa requiere ocho días. El desmontaje, dos. Los operarios deben colocar entre 600 y 1.200 anclajes para levantar la instalación. El director de gira visitó la isla hace dos semanas y quedó maravillado tras comprobar in situ el terreno. No solo por sus características (ya está asfaltado, lo que facilitará su colocación), sino también por su ubicación, con amplias extensiones de terreno a su alrededor sin barreras, lo que permitirá que la carpa sea visible desde la lejanía.

El Circo del Sol desplazará a Gran Canaria a unas 120 personas, entre artistas, técnicos, personal administrativo y equipo de soporte, una cifra a la que hay que sumar a los cerca de 50 familiares que les acompañan. Se alojarán en apartamentos y hoteles de la isla. Hanselman señala que, aparte del equipo fijo, la compañía contrata entre 200 y 250 personas durante su estancia en las paradas de la gira. “Necesitamos a unas 100 o 120 personas para ayudarnos a montar y desmontar. No tenemos elefantes, necesitamos mucho músculo. Tenemos maquinaria, pero sigue siendo un trabajo muy físico. Además contratamos a los vendedores, los acomodadores....” El director de la gira sostiene que el espectáculo genera además en la zona mayor actividad económica y empleo. “Si una persona va a ver Totem, antes o después va a cenar o a comer. Si tienen que venir de otra isla, igual se pasa una noche. Y nosotros también gastamos”, dice entre risas Hanselman.

El departamento de marketing del Circo del Sol trabaja desde hace tiempo para cerrar con agencias de viaje y compañías de transporte aéreo y marítimo paquetes que ofrecen entrada para el espectáculo, viaje y estancia.

“Somos muy optimistas, creemos que puede funcionar muy bien. Para el equipo es genial, es un destino casi de vacaciones. Vamos a trabajar mucho, pero en los momentos en los que no trabajamos, vamos a estar como de vacaciones. La gente tiene muchas ganas de ir a conocer no solo Gran Canaria, sino todas las islas. Les gusta descubrir y explorar. Es una aventura más, pero seguro que saldrá bien”, manifiesta el director de gira, que deja entrever cierta voluntad de permanencia en la isla. “Es la primera vez, hay gente con muchos planes, muchas ideas y mucha ambición. Si funciona, estaremos encantados de volver muy a menudo e igual montar algo permanente. Pero, por ahora, va a ser una temporada de solo tres meses, porque después vamos a La Haya, Las entradas ya están a la venta. Hasta el 22 de septiembre nos quedamos, pero después nos tenemos que ir. Hay otra ciudad esperando”.

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