Marina Abramovic mezcla lo divino y lo cotidiano para homenajear a Santa Teresa de Jesús

MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

La artista Marina Abramovic (Belgrado, 1946) mezcla lo divino y lo cotidiano en una serie dedicada a Santa Teresa de Jesús, que podrá visitarse en La Fábrica Galería de Madrid hasta el próximo 12 de diciembre. La muestra incluye fotografías y un vídeo que la artista realizó basándose en las experiencias místicas de la santa, con la cocina de la sede de La Laboral en Gijón como telón de fondo.

'The Kitchen. Homage to Saint Therese (La cocina. Homenaje a Santa Teresa)' es el título de esta serie, la siguiente a una exposición anterior de la artista sobre “erótica de los Balcanes”, en la que cambia de rumbo y relaciona sus experiencias con las de la santa. Un título “doméstico”, que hace referencia a la cocina, como escenario en el que Abramovic pasó su infancia. Una habitación de la casa en la que “se habla de sueños, secretos y rituales y se mezcla el mundo doméstico y el espiritual”.

“Pienso que si se tiene una infancia maravillosa no se puede ser un buen artista”, señaló Abramovic, que nació en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial y no tuvo una niñez fácil. Sus padres, políticos comunistas eran “héroes nacionales” para quienes su hija “no era una prioridad”. Por eso, Abramovic se crió con su abuela, “una mujer muy religiosa”.

Cuando creció, se interesó por los diarios de Santa Teresa de Ávila y, sobre todo, por las experiencias de levitación. “Ese es el punto de arranque de mi obra”, explicó Abramovic, que en la cocina de La Laboral de Gijón (que hace años daba de comer a 5.000 huérfanos y hoy está abandonada) encontró el lugar idóneo para dar forma a esta experiencia.

MEDITACIÓN Y CONTEMPLACIÓN

La artista aparece en las nueve instantáneas fotografiada en diferentes performances. Una de ellas es una escena de levitación, en otra, con una perspectiva cenital, se ve a Abramovic tendida en el suelo tras un éxtasis. También hay un díptico sobre la meditación y la contemplación, dos retratos casi exactos, que reflexionan sobre la mortalidad, “algo muy recurrente en el arte español”.

Tras esta exposición, que también incluye un vídeo; una fotografía con la artista cocinando o una naturaleza muerta, inspirada en la muerte, con tres elementos místicos (leche, sal y sangre), Abramovic mostrará en primavera de 2010 en el MoMA una retrospectiva y volverá a España para presentar en el Teatro Real una obra musical en 2012.

En el MoMA la artista pretende que las performances no se vean sólo “como un entretenimiento” sino como “un arte vivo, un arte con mayúsculas”. “Se considera algo alternativo y quiero que se cambie el estatus de estos artistas”, dijo, apuntando que en EEUU volverá a presentar una performance con desnudos que ya hizo en 1977. “Entonces no fue un escándalo, a ver qué ocurre ahora”.

Después, en el mes de septiembre, comenzará los ensayos del proyecto que llevará a escena en el Teatro Real de Madrid, ya con Gerard Mortier como nuevo director artístico. Una obra musical con dos escenas sobre la vida y otras dos sobre funerales, bajo la dirección del norteamericano Bob Wilson.

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