El paraíso más cercano
En el oeste de la isla de Gran Canaria se encuentra un lugar aislado de la civilización, una playa desierta que continúa siendo uno de los pocos parajes vírgenes que sobreviven en el archipiélago. Al sitio, inaccesible para muchos, solo se puede llegar a pie superando duras montañas, partiendo desde La Aldea de San Nicolás o desde el pueblo de Tasartico. Los más afortunados también pueden llegar en barco desde cualquiera de los puertos cercanos, pero todo el que lo visita guarda un precioso recuerdo.
Guguy, como le llaman los lugareños, fue un emplazamiento de cultivo durante la primera mitad del siglo XX, que ha pasado a ser un enclave donde buscar la paz que ofrece un mar en calma y el calor revitalizante de la arena rubia, solo al alcance de aquellos que se atreven a ir.
Una playa escondida, que rebosa calma y tranquilidad, con la vista de un imponente Teide al frente, detrás del que se esconde el sol cada tarde, apagando los últimos rayos del atardecer, observándolo todo desde lo alto de una duna muy especial.