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Corbacho admite que la reforma no será “milagrosa” para el empleo

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, no quiso “culpar” a nadie del fracaso de las negociaciones sobre la reforma laboral y se limitó a señalar que, aunque al Gobierno le hubiera gustado, no ha sido posible llegar a un acuerdo con sindicatos y empresarios ante la complejidad de acercar las posiciones defendidas por ambas partes.

Corbacho, en declaraciones a Europa Press, subrayó que el Gobierno “ha puesto todo el empeño, toda la voluntad e incluso todas las horas” en intentar conseguir un acuerdo, que finalmente ha sido imposible. “No se trata ahora de entrar en ver quién ha sido más culpable (...) Las cosas en la vida a veces son posibles y otras no”, dijo.

A partir de ahí, y con “el máximo respeto” a los interlocutores sociales, el ministro indicó que el Gobierno debe pensar en el futuro y procurar que el nuevo empleo que se genere sea más estable y que haya menos temporalidad.

En cualquier caso, Corbacho admitió que no hay que esperar que esta reforma laboral “vaya a ser un gran milagro” para el empleo, es decir, que no empezará todo el mundo a contratar al día siguiente de la aprobación de la norma, a la que se dará luz verde en un Consejo de Ministros extraordinario previsto para el próximo 16 de junio.

Así, el ministro insistió en que la reforma laboral está pensada no sólo para el presente, sino sobre todo “para el futuro”, para ese horizonte de 2020 en el que Europa se ha marcado unos objetivos y una estrategia. “De aquí hasta entonces debemos sentar las bases para que nuestro mercado laboral tenga en el futuro un comportamiento distinto al que ha tenido en el pasado”, señaló.

En este sentido, Corbacho, tras recordar que la media de tasa de paro en España ha estado por encima del 15% durante los últimos 30 años, subrayó que con 2,5 millones de parados tuvieron que venir a España más de tres millones de trabajadores extranjeros porque el mercado laboral necesitaba más gente.

Aunque reconoció que este “desencuentro” con los agentes sociales ha sido importante, el ministro aseguró que esto no tiene por qué poner fin al diálogo social, al menos por parte del Ejecutivo. “El camino va a estar lleno de la necesidad de encuentros y el Gobierno seguir contando con la opinión de los agentes sociales en un futuro”, significó.

EL FOGASA PAGARÁ PARTE DEL DESPIDO

Corbacho manifestó además que el documento que el Gobierno entregará mañana a sindicatos y empresarios “se va a aproximar mucho” a lo que el Ejecutivo pretende que sea el texto final del decreto, pero quiso dejar claro que ya no se trata de un texto para la negociación con los agentes sociales, sino simplemente de una “deferencia” que se tiene con ellos para conocer su opinión.

A partir de ahí, explicó que el Gobierno abrirá el próximo lunes conversaciones con los Grupos Parlamentarios con la vocación de llegar a un acuerdo “lo más amplio posible”. “El Gobierno les explicará su reforma, pero estará abierto a aportaciones que mejoren el texto”, precisó al respecto.

En cuanto a qué medidas se incluirán en la reforma laboral, Corbacho indicó que, más que hablar del despido, lo que quiere el Gobierno es incentivar la contratación estable, haciendo más atractivo el contrato de fomento del empleo estable (33 días de indemnización por despido). En concreto, lo que se quiere hacer es ampliar los colectivos a los que se puede hacer este contrato y poder convertir los contratos temporales hechos antes de la reforma en contratos de 33 días.

Además, explicó, “si por unas circunstancias no queridas”, la empresa se ve obligada a rescindir el contrato, la reforma debe incluir “certezas” de que la indemnización a pagar al trabajador en caso de despido será de 33 días.

Asimismo, Corbacho subrayó que el Gobierno “va a plantear en el decreto” su “firme voluntad” de que una parte de esta indemnización sea subvencionada desde el Fogasa, sin que eso repercuta “de ninguna de las maneras” en un aumento global de las cuotas empresariales. En el documento de propuestas entregado ayer, el Ejecutivo propone que los empresarios aporten más dinero al Fogasa, a cambio de rebajarles otros “conceptos de cotización empresarial”.

Corbacho dijo hoy a Europa Press que esta era una propuesta para la negociación y el acuerdo y que la formulación final de esta idea ya no será el resultado de la mesa del diálogo social, sino de la decisión del Gobierno.

DESPIDOS OBJETIVOS POR CAUSAS “DEMOSTRABLES”

En cuanto a los despidos objetivos por causas económicas, que cuentan con una indemnización de 20 días, el ministro afirmó que debe garantizarse que las empresas puedan recurrir a ellos cuando por razones ajenas a su voluntad y tras realizar todos los ajustes posibles (ERE's de suspensión o de reducción) tienen todavía que acometer ajustes estructurales porque o bien han entrado en pérdidas o existen circunstancias que hacen peligrar el futuro de la empresa.

“Cuando esas razones son objetivas y demostrables, parece razonable que el empresario pueda recurrir al despido objetivo, pero esa vía tampoco puede ser nunca una puerta falsa para convertir en objetivos despidos que no lo son. Vamos a conciliar garantías para empresas y trabajadores”, explicó.

Asimismo, señaló que también es “razonable” que las empresas que entren en pérdidas económicas puedan utilizar la cláusula de inaplicación salarial o de descuelgue, así como otros instrumentos, entre los que citó la posibilidad de reducir la jornada a sus trabajadores (modelo alemán).

“El Gobierno va a incluir en el decreto la posibilidad de que las empresas puedan ajustar producción por horas. Es muy importante que una empresa, cuando le baje la producción y los pedidos, en lugar de ajustar plantilla, recurra a un ajuste horario. Esto forma parte de una visión global de facilitar a las empresas y también a los sindicatos que haya negociación entre ellos para poder acordar esos elementos de flexibilidad”, aseguró.

También se planteará en el decreto cómo abordar la flexibilidad interna y externa de las empresas “en un sentido amplio”. En este sentido, subrayó que, aunque la negociación colectiva corresponde al ámbito bilateral y ahí debe seguir, el Gobierno “puede tener su opinión y expresarla en un momento determinado a través del instrumento que considere más oportuno”.

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