Berriel defiende los efectos ''positivos'' del puerto de Granadilla sobre el medio ambiente
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, señaló este jueves que en el cómputo de pros y contras el puerto de Granadilla es “ambientalmente positivo”, y reveindicó su importancia como plataforma para la “diversificación de energía” en la isla.
Berriel explicó que la Consejería de Medio Ambiente está a la espera de la resolución judicial ante el recurso de súplica presentado por el Gobierno canario ante al Tribunal Superior de Justicia de Canarias en relación con la suspesión cautelar de la descatalogación de los sebadales, proceso que calificó de “incidente lógico”.
El consejero aseguró, antes de la reunión de la COTMAC, que la paralización de las obras de las inslaciones portuarias se debe al criterio de prudencia de la Autoridad Portuaria, y apuntó que “la sentencia que determinará la validez o no de la descatalogación puede tardar mucho tiempo”.
“Si el recurso es favorable construirán el puerto, pero si éste fracasa y la sala decide que tiene que continuar paralizado hasta el enjuiciamiento final de la orden de descatalogación corresponderá a la Autoridad Portuaria y al Gobierno plantearse si merece la pena que se arriesgue a construir esa primera fase en tierra o no”, añadió.
Ante las preguntas de los periodistas sobre la posible pérdida de los fondos procedentes de la Unión Europea para la construcción del puerto, Berriel afirmó que más que eso lo preocupante es “el retraso en la posibilidad de utilizar el gas como combustible en las centrales de ciclo combinado”, energía que tendría su entrada a través de la instalación portuaria.
“Pese a los esfuerzos realizados en la utilización de energías renovables no se puede prescindir del gas, lo que supone reducir un 30 por ciento de dióxido de carbono”, declaró el consejero.
Domingo Berriel recordó también los beneficios que para el medio ambiente tendría el puerto, que, según el consejero, permitiría disminuir los niveles de contaminación en ciudades como Santa Cruz, debido a la reducción del volumen de tráfico terrestre.
