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ENTREVISTA GUILLEM LÓPEZ CASASNOVAS

“Es sorprendente que aún no haya un impuesto extraordinario sobre los beneficios exagerados de las eléctricas”

Guillem López Casasnovas

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Guillem López Casasnovas (Menorca, 1955) atesora una amplia experiencia en comités asesores. Aparte de su actividad en Baleares y Catalunya, el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF) ha participado como experto en comisiones estatales sobre la Seguridad Social, dependencia, financiación autonómica, balanzas fiscales, sanidad o educación. Los dos últimos años ha estado enfrascado en la propuesta para ajustar el sistema fiscal español. Es uno de los quince autores del Libro Blanco para la Reforma Tributaria, entregado a principios de marzo a la ministra de Hacienda, la socialista María Jesús Montero. 

Desde Tenerife, isla que ha visitado esta última semana para dar un seminario organizado por el Departamento de Economía Aplicada y Métodos Cuantitativos de la Universidad de La Laguna (ULL), López Casasnovas defiende la armonización tributaria entre regiones como “peaje” para evitar el denominado 'dumping' fiscal, una situación que se podría equiparar a la competencia desleal. En el caso de España, Madrid es la única comunidad que bonifica al 100% el impuesto sobre el Patrimonio, que grava los bienes y derechos económicos de las personas. En el ámbito europeo y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se propone imponer un tipo mínimo del 15% en el impuesto de Sociedades, que se aplica a los beneficios de las empresas. En esta entrevista para Canarias Ahora, el catedrático de la UPF apoya la propuesta de Unidas Podemos para aumentar este tributo a las eléctricas. “Lo sorprendente es que no se haya hecho antes. Un impuesto extraordinario sobre beneficios extraordinarios, sobre esas ganancias tan exageradas que tienen, es lo más lógico del mundo”, asevera. 

López Casasnovas sostiene que es preferible conceder ayudas selectivas a bajar de manera generalizada los impuestos para paliar los efectos de la inflación generada a raíz de la invasión rusa en Ucrania. El economista defiende, además, que hay que eliminar las deducciones que generan efectos “distorsionadores” en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, para así ampliar la base recaudatoria, y eliminar progresivamente los tipos reducido y superreducido del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), acompañándolo de medidas complementarias para que las rentas bajas no se vean más castigadas por este tributo indirecto. 

Sobre uno de los principales asuntos que aborda el Libro Blanco, los impuestos verdes, el experto remarca que su éxito no consistirá en aumentar la recaudación, sino en frenar la contaminación, en impulsar un consumo más respetuoso con el medio ambiente. 

Cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recibió a principios de marzo el Libro Blanco para la reforma del sistema tributario ya advirtió de que la actual coyuntura económica, condicionada por la guerra en Ucrania, impedía acometer cambios fiscales estructurales. ¿Teme que la propuesta quede en papel mojado?

Hay que ver de dónde venimos. España presenta el programa 2030 ante la Unión Europea y se compromete a hacer la reforma laboral, la reforma de pensiones y también a iniciar el estudio para la reforma fiscal. Es un memorándum que se exhibe ante Bruselas para mostrar la capacidad de la economía española ante la inyección de los fondos Next Generation. Hacienda no nos pide que cojamos todos los impuestos y hagamos un big bang con cada uno de ellos, sino que digamos cómo tenemos que ajustar nuestro sistema fiscal. En el comité hay dos dimisiones que no son por desacuerdos internos. Es simplemente que ellos piensan que hay que hacer un big bang mucho más importante de lo que se nos pide. 

La mayor parte de los nuevos impuestos tienen que ver con imposición verde. Cuando Putin invade Ucrania y los costes energéticos se disparan, ya nos dice la ministra Montero que esto lo va a tomar como una hoja de ruta, pero la coyuntura no va a permitir tirar adelante la mayor parte de las medidas. ¿Qué parte puede tener algún viso de acabar en el BOE? Si se abre la financiación autonómica, que no estoy seguro de que se abra en esta legislatura ya, el argumento de la armonización en los impuestos de Patrimonio y Sucesiones da pie a que el Gobierno lo exhiba contra los que ahora están haciendo 'dumping'. 

Y, por otra parte, el Libro Blanco dice que es mejor actuar por la vía de las subvenciones que por la de la rebaja fiscal, porque en carburantes o en electricidad los impuestos no van a bajar por esa imposición verde. La reforma no es inminente más allá de esto, es lo único que a corto plazo puede sacar cabeza. El resto es simplemente GPS para, cuando el vendaval amaine, sepamos hacia dónde ir. 

En las últimas semanas se ha avivado el debate entre el Gobierno y la oposición a propósito de la fiscalidad. El PP ha planteado una bajada generalizada de impuestos. ¿Qué repercusiones tendría en el momento actual? 

Es cierto que la inflación permite una recaudación mayor al Estado, que drena recursos, hace caja. Que sean 15.000 o 18.000 millones, esto ya lo veremos. Lo que se plantea es cómo devolver ese dinero a los ciudadanos y cómo evitar la rémora fiscal en los impuestos progresivos, básicamente el IRPF. Hay que retornar esos recursos a las economías domésticas. 

La pregunta es, ¿a través de impuestos o a través de ayudas? Queda claro que mejor a través de ayudas, porque a través del gasto puedes ser mucho más selectivo que por la vía del impuesto. Mediante el impuesto bajas el tipo marginal y estás beneficiando a ricos y pobres. Si lo haces mediante ayudas, puedes apuntar más a qué tipo de familias quieres ayudar. 

El PP quiere deducciones y el Libro Blanco dice que, de acuerdo con las tendencias internacionales, las deducciones se tienen que ir eliminando porque acaban siendo muy distorsionadoras y, cuando las pones, es muy difícil eliminarlas. Meter más deducciones cuando el Libro Blanco se pasa páginas y páginas abogando por su eliminación me parece disparatado. 

¿La armonización tributaria que plantea el comité de expertos amenaza el régimen fiscal canario?

La armonización se centra en los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. Y Canarias paga lo que más o menos le corresponde con sus bases, creo que nadie puede decir que en tema patrimonial hace ‘dumping’. Las deducciones que da el Régimen Económico y Fiscal de Canarias son queridas políticamente, están aprobadas. Las distorsiones malas son las que introduces en un momento dado por algún motivo, se quedan inertes y aunque hayan cambiado las circunstancias en su evolución, se mantiene por pura inercia, no porque sea ya necesario. 

Es distinto lo que ocurre, por ejemplo, con el sistema de módulos (modalidad por la que el trabajador tributa una cantidad fija, con independencia de su facturación), que todos sabemos que es una fuente de elusión fiscal. En el caso de Canarias, se aprueba políticamente compensar la lejanía o la insularidad. Y eso no está amenazado. 

Según un artículo publicado recientemente en eldiario.es, empresas y grandes fortunas se han ahorrado en Canarias 5.000 millones de euros en impuestos desde 2008. ¿Justifican la insularidad y la lejanía las exenciones fiscales de Canarias? ¿Están cumpliendo estas herramientas el objetivo para el que fueron creadas, atraer inversión y crear empleo? 

En el Libro Blanco no se discutió, no estaba en la agenda 2030. Las medidas del Régimen Económico y Fiscal de Canarias están muy pensadas para favorecer la inversión. Y para ello tienes que bonificar, sufragar rentas de capital. Es el rendimiento de la inversión, lo que la hace atractiva, que tengas que pagar poca renta. Eso, obviamente, beneficia al capital, no al trabajo. Alguien te dirá: sí, pero en la medida en que se invierte y se crea ocupación, indirectamente se mejora el trabajo. Otro te puede decir: si tu preocupación es crear empleo, que es un problema que tiene Canarias, ¿por qué no actuas por la vía de las cotizaciones? En lugar de abaratar las rentas de capital, abaratas las cotizaciones. Esto sí que va directamente al coste de la mano de obra, no al capital.

Es un debate que está abierto en función de si quieres ser más directo y piensas que bajando cotizaciones vas a crear ocupación, porque tu problema es de paro, o si lo que quieres favorecer es la inversión, nueva tecnología que cambie el sistema productivo, crear una base de producción que requiera una mano de obra mucho mejor pagada y más cualificada. Eso ya no es un problema de cotizaciones, es un problema de que los nuevos inversores se fijen en que en Canarias, aparte de la hostelería, hay otros sectores. 

¿Cuál es la fórmula para ampliar la base recaudatoria del IRPF?

Quitar deducciones, seguro. Por ejemplo, las deducciones que tienen que ver con los activos inmobiliarios. Los rendimientos de los activos inmobiliarios tienen que entrar en la base del ahorro. Es una renta de capital como la copa de un pino. Esto aumenta la base. 

Por otro lado, mientras no haya una armonización tributaria, diría que no solo de Europa, sino de la OCDE, hay un problema interno. En el IRPF, las rentas de trabajo están peor tratadas que las rentas de capital. A igual cantidad, una renta de trabajo paga más que una renta de capital. A eso se le llama dualidad fiscal. Y el trabajo no se deslocaliza, pero el capital se deslocaliza a golpe de clic. Si presionas la renta de capital, se va, se deslocaliza. Es una distorsión. 

Hay una serie de deducciones que, como dice la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), que ha empezado a evaluarlas, no se sabe para qué sirven. El que las empresas puedan reducir sus beneficios a través de suscribir seguros sanitarios privados para sus trabajadores, por ejemplo. ¿Para qué sirve esto? ¿Es eficiente? ¿Es equitativo? La respuesta no la sabemos. Estamos teniendo bonificaciones en gastos que no se sabe para qué sirven. Lo que no es querido políticamente tiene que ser evaluado económicamente, porque a veces te das cuenta de que son deducciones de cuando la situación económica era muy diferente y no tienen ni pies ni cabeza. Es otro tipo de revisión que el Libro Blanco acomete. 

En cuanto al IVA, se propone eliminar de forma gradual los tipos reducido (10%) y superreducido (4%). ¿Qué medidas complementarias se plantean para proteger a las rentas más bajas?

En los impuestos indirectos, el problema está en los especiales, por ejemplo en los impuestos sobre carburantes. Son impuestos regresivos. En proporción, las rentas bajas pagan en peor medida que las altas. Eso está claro, está bien documentado. En el IVA te ves abocado, por un lado a simplificar. ¿Por qué tiene que ir la hostelería al 10%?  ¿Por proteger a un sector? Al sector a lo mejor lo protejo a través de ayudas directas para renovar equipamientos o con cotizaciones, no con IVA reducido. Por el otro lado, está la imposición verde. Hay un compromiso medioambiental y los carburantes, el queroseno, el diésel y demás tienen que subir de precio para, precisamente, incorporar las externalidades medioambientales. 

Ya sea por simplificar, ya sea por respeto a medio ambiente, las dos cosas te van a llevar a una subida de impuestos. Y se pueden dar varias situaciones. Si te dan ayudas para placas solares, puedes reducir la carga fiscal desviándote a consumos menos sucios energéticamente. Si pones un impuesto importante sobre los productos azucarados, como se ha hecho en Catalunta, habrá gente que tiene dinero y los consumirá igual, no les viene de medio euro. Pero habrá otros que, en la tesitura entre un producto azucarado y un producto sin azúcares añadidos, se apuntan al segundo y se genera un doble dividendo. Se ahorran gastos y, encima, mejoran en salud. 

El problema se produce cuando no hay opción, como en el impuesto de la gasolina. Es mucho más difícil tener un sustituto rápido. El hidrógeno aún lo estamos esperando y es dudoso que sea más barato, el coche eléctrico es caro y, además, la electricidad que estamos produciendo es sucia. Cuando no hay sustitutivo y subes un impuesto, seguro que haces mucho daño a las rentas más pobres. ¿Cómo se compensa? Por el lado de los gastos, no de los ingresos. Con ayudas selectivas en lo que el Gobierno piense que es lo más prioritario: el paro, el consumo, la vivienda.. Hay que retornar la regresividad que has introducido por el lado de los ingresos. 

¿Es efectivo y suficiente imponer un tipo mínimo del 15% para el Impuesto de Sociedades, tal y como propone la OCDE?

De momento no hay reglamento, pero no dejaría ser de dualidad fiscal, porque un 15% tipo fijo es mucho mejor trato que para el resto de rentas, de autónomos o de una actividad empresarial que afrontas un IRPF con tipos crecientes. Pero, al menos, nadie se iría de rositas sin pagar. 

Unidas Podemos ha planteado subir un 10% el tipo del impuesto de Sociedades a las eléctricas durante un mínimo de cinco años...

Me parece bien. Es un impuesto extraordinario sobre ganancias extraordinarias. ¿Durante cuántos años?  No lo sé. Si (Pedro) Sánchez consigue con Portugal anclar el precio de la energía,, no sé por qué cinco años, puede ser mientras hayan durado estos beneficios tan exagerados que tienen. Lo más sorprendente es que no se haya hecho antes. Un impuesto extraordinario sobre beneficios extraordinarios es lo más lógico del mundo. Imagina que las eléctricas, con todos estos beneficios que están teniendo, lo hayan desviado a patrimonios en otros países, a diversificación de portafolio o, simplemente, a fondos de pensiones. 

España, en el tema de las ganancias, de las retribuciones, está fuera de madre desde hace tiempo. He estado en el Banco de España y lo he denunciado mil veces. No se puede pedir que haya un ajuste salarial, una actualización salarial a los trabajadores cuando ves los datos que están dando los balances de las empresas del IBEX. O todos o ninguno. 

¿Qué falla en la lucha contra el fraude fiscal?

El tema básico es que la economía evoluciona tanto en tipo de activos o en formas empresariales que para el regulador es muy difícil escribir algo que no tenga un descosido, que no tenga una interpretación que te lleve a litigio. La ingeniería fiscal que permite la economía actual y una regulación que no llega, que no va 'pari passu' con la nueva economía, da muchas oportunidades. Y no es fraude. Son  economías de opción, elusión. Para poder eludir, tienes que gastarte mucho dinero en tener un buen asesoramiento fiscal, en una buena ingeniería. Tienes que tener mucho patrimonio para que el coste adicional del asesoramiento fiscal sea menor que el ahorro que haces con impuestos. Solo empresarios muy ricos se pueden permitir esa ingeniería fiscal. 

¿Qué impacto se prevé que tengan los nuevos impuestos medioambientales?

El éxito de estos impuestos no es recaudar mucho, sino frenar el consumo contaminante, generar sustitutivos. Es una cuestión de que quien contamina, paga. Y si no contaminas, no pagas. Si pones la elasticidad a cero, si nadie cambia el consumo, nadie lo sustituye, algunos han calculado que se puede llegar a recaudar entre 30.000 y 35.000 millones de euros. Pero es una barbaridad, porque no lo pones para recaudar, lo pones para cambiar el consumo. El Libro Blanco asume algo de elasticidad para estimar la recaudación. 

También puedes asumir una elasticidad diferente: los de renta alta continúan consumiendo, es igual el precio que les pongas, y los de renta baja reaccionan más y dejan de consumir. Es decir, hay elasticidades más altas para los de renta baja y más bajas para los ricos. En el Libro Blanco puedes ver el impacto redistributivo para seis o siete impuestos, cómo se redistribuye entre grupos de renta. Es un trabajazo.

¿Qué retos plantea la digitalización de la economía y la irrupción, por ejemplo, de las criptomonedas?

El Libro Blanco plantea algunas medidas. De entrada, para que paguen algo, hay que simplificar. Que entren en la hoja tributaria. El problema es general, España no está peor que el resto de Europa. En la OCDE también se han empezado a proponer directivas. Lo que tenemos que hacer es estar muy presentes en estos sitios y hacer lo que nos diga Europa. Un poco como con el impuesto de Sociedades, seguir la pista de Europa. 

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