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El Gobierno de Israel expulsa de manera forzosa a palestinos de Jerusalén Este

JERUSALÉN, 1 (Reuters/EP)

El Gobierno de Israel está forzando a los palestinos a abandonar Jerusalén este como parte de una política deliberada que podría constituir un crimen de guerra, según ha denunciado la importante ONG israelí Comité Contra la Demolición de Viviendas (ICAHD), una acusación desmentida por el alcalde de la localidad, Nir Barkat.

El ICAHD ha presentado los resultados de sus investigaciones ante Naciones Unidas y ha exigido que se investigue sobre el tema, argumentando que Israel ataca a los palestinos a través de la demolición de sus casas, la retirada de sus permisos de residencia y la erosión de su calidad de vida.

“Estamos presenciando un proceso de limpieza étnica”, ha dicho uno de los abogados que ha participado en la redacción del informe, Michael Sfard. “Israel está violando de manera flagrante y manifiesta el Derecho Internacional (...) y la motivación es demográfica”, ha agregado.

Israel se hizo con el control de Jerusalén Este tras la guerra de 1967. Posteriormente, lo anexionó a la municipalidad de Jerusalén en un movimiento que no ha sido reconocido por la comunidad internacional.

Hay alrededor de 300.000 palestinos residiendo en Jerusalén Este, lo que representa cerca del 35 por ciento de la población total de la ciudad, pero el ICAHD ha subrayado que desde que Israel se hizo con el control de las zonas pobladas mayoritariamente por árabes, ha impedido su desarrollo de manera sistemática.

Un tercio de la tierra de Jerusalén Este fue tomada para la construcción de barrios judíos, mientras que sólo el 9 por ciento de la tierra restante está legalmente disponible para la construcción de viviendas. Ese porcentaje está totalmente edificado, por lo que la expansión es imposible.

Por ello, el ICAHD ha denunciado que es virtualmente imposible para los palestinos obtener permisos de residencia para dar cobijo a sus familias. “No tienen más opciones que abandonar Jerusalén Este, construir ilegalmente o vivir en condiciones lamentables”, ha dicho la autora del informe, Emily Scaheffer.

DEMOLICIONES Y RESIDENCIA

Aquellos palestinos que abandonan Jerusalén Este pierden los derechos de residencia en caso de que no regresen en los próximos siete años, por lo que se les impide volver a la ciudad. Cerca de 14.000 palestinos han perdido su derecho de residencia entre 1967 y 2010, teniendo lugar la mitad de las revocaciones a partir de 2006.

La residencia da permiso a acceder a los servicios de sanidad pública y de beneficios del seguro nacional. Además, aquellos que construyen casas ilegalmente, viven con el miedo a que éstas sean demolidas o a que se les impongan fuertes multas, según el ICAHD.

Israel ha demolido más de 2.000 viviendas en Jerusalén Este desde 1967, teniendo lugar 771 derrumbes entre 2000 y 2011. Además, hay un total de 1.500 órdenes pendientes de ejecución.

“Los palestinos serán deportados 'de facto' de Jerusalén Este, no con el uso de armas o camiones, sino no permitiéndoles vivir una vida normal y decente”, ha valorado Sfard.

Por otra parte, el ICAHD ha manifestado que, como la anexión de Jerusalén Este no ha sido reconocida, los palestinos que viven allí deben ser considerados como gente bajo ocupación. Por ello, Israel no tendría derecho a quitarles la residencia o demoler sus viviendas sin violar el Derecho Internacional.

“Hay sospechas de que un crimen de guerra está teniendo lugar, y por esto es por lo que se debería poner en marcha una investigación”, ha matizado Sfard.

RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO

El portavoz de la Alcaldía de Jerusalén, Stephan Miller, ha negado las acusaciones y ha dicho que el informe está basado en “hechos sacados de contexto, puras mentiras y giros políticos sobre Jerusalén”. Por ello, ha recalcado que “seguro que la ONU lo disfruta (el informe)”.

Asimismo, Miller ha argumentado que Barkat “ha invertido una cantidad de recursos y esfuerzos sin precedentes para mejorar la calidad de vida de los residentes musulmanes de Jerusalén tras décadas de negligencia por parte de las administraciones anteriores”.

Miller ha subrayado que el alcalde “está comprometido con la mejora de la calidad de vida de los residentes musulmanes de Jerusalén y seguirá estándolo”.

Los que apoyan a Barkat citan una encuesta realizada el año pasado. Según la misma, el 35 por ciento de los palestinos de Jerusalén Este optarían por la ciudadanía israelí, el 30 por ciento preferiría la ciudadanía palestina y el 35 por ciento restante no respondió.

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