Pakistán y EEUU confirman la detención del 'número dos' de los talibán afganos

ISLAMABAD, 17 (Reuters/EP)

El Ejército y fuentes de la Inteligencia paquistaníes, así como las autoridades de Estados Unidos, han confirmado este miércoles la detención del 'número dos' de los talibán de Afganistán, Abdul Ghani Baradar.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, confirmó hoy la detención, de la que señaló que se trata de un “gran éxito” de los “esfuerzos mutuos” llevados a cabo en la región por parte de Washington e Islamabad.

El enviado especial de Estados Unidos para Pakistán y Afganistán, Richard Holbrooke, confirmó el arresto pero no quiso dar más detalles. “Es un avance significativo (...) Elogiamos a los paquistaníes por su papel” en la operación, manifestó este diplomático, que enmarcó la detención de Baradar dentro de la “profunda cooperación” que mantienen ambos países.

El Ejército paquistaní tampoco ha querido precisar el lugar en que Baradar fue capturado ni otros detalles por motivos de seguridad, pero fuentes de Inteligencia han indicado que la detención se produjo en la ciudad de Karachi durante una operación conjunta de Estados Unidos y Pakistán, adonde había huido procedente de Quetta, y han precisado que está siendo interrogado por agentes paquistaníes y norteamericanos.

“Al término de un detallado proceso de identificación, se ha confirmado que una de las personas detenidas ha resultado ser el mulá Baradar”, informó el Ejército paquistaní. Según Estados Unidos este individuo ha permanecido en territorio paquistaní durante mucho tiempo.

Se trata de la detención más importante de un miembro de los talibán desde el inicio de la guerra en 2001, y coincide con el lanzamiento por parte de la OTAN y de Afganistán de una gran ofensiva contra los talibán en la región de Marjah (provincia afgana de Helmand).

Un responsable de la Inteligencia paquistaní precisó que las fuerzas de seguridad habían buscado a Baradar en Quetta, una localidad del suroeste en la que, según Estados Unidos, tiene su sede la cúpula de los talibán.

“Tenía la sensación de que lo iban a capturar y, de la forma que fuese, salió de Quetta en dirección a Karachi, seguramente disfrazado”, declaró bajo anonimato. “Fue allí donde lo detuvimos hace alrededor de cuatro días”, prosiguió.

Ante la posibilidad de que Baradar pueda ayudar en el proceso de reconciliación afgano, este agente declaró que “eventualmente podría llegarse a ello”. “Cualquier cosa es posible pero todavía no hemos hablado de eso”, añadió.

A pesar de este logro, algunos analistas y cargos públicos de Estados Unidos opinan que es demasiado pronto para vaticinar si esta cooperación conjunta servirá para detener a otros talibán de alto rango en el futuro.

En los últimos meses Washington ha estado animando a Islamabad a involucrarse más en la lucha contra la insurgencia, puesto que consideraba su inactividad al respecto como una gran amenaza a su estrategia en la guerra de Afganistán.

Pese a que el Gobierno paquistaní sigue siendo aliado del norteamericano, en la sociedad de este país existe un importante sentimiento antiestadounidense, así como un gran rechazo a cualquier intervención militar norteamericana en territorio de Pakistán.

El régimen del país asiático ha prometido erradicar la insurgencia islamista, si bien durante décadas se ha considerado a sus agencias de seguridad como caldo de cultivo de estos radicales, tal como sucedió durante la invasión soviética en Afganistán de los años ochenta y en la Cachemira india.

A su vez, algunos analistas creen que estas fuerzas han tolerado durante años la existencia de redes de suministro y apoyo a los talibán al considerarles como un instrumento contra la creciente influencia de India en Afganistán.

NEGOCIACIONES EN LAS MALDIVAS

Entretanto, fuentes oficiales de Kabul y de las islas Maldivas han revelado que representantes de los talibán y miembros del Parlamento afgano mantuvieron en enero conversaciones secretas en un complejo turístico de este archipiélago del Índico. Las mismas fuentes adelantaron que en el futuro se producirán más encuentros de esta naturaleza.

“Hubo representantes de los talibán y del Gobierno de (el presidente afgano) Hamid Karzai”, dijo Mohamed Zuhai, portavoz del presidente maldivo, Mohamed Nasheed.

En el proceso participó el hijo del ex primer ministro Gulbudin Hekmatiar, quien lidera al grupo miliciano Hezb-e-Islami, aliado de los talibán. Por su parte, el portavoz de Karzai, Siyamak Herawi, afirmó que ningún representante del Gobierno afgano participó en el proceso, y precisó: “Hubo una reunión de fieles a Hekmatiar junto con algunos ex miembros talibán que ahora se sientan en el Parlamento”.

Uno de los diputados con presencia en la mesa de diálogo ha sido en el pasado mediador entre el Ejecutivo, Hekmatiar y los talibán.

Estas reuniones tuvieron lugar justo antes de la conferencia sobre Afganistán celebrada en Londres, en la que los países donantes respaldaron la estrategia de reconciliación de Karzai y prometieron aportar cientos de millones de dólares para programas de reinserción de los insurgentes.

Otro miembro de la oficina de Nasheed descartó que el Gobierno de las Maldivas estuviera directamente implicado en las reuniones, que tuvieron lugar a lo largo de tres días. Las autoridades del archipiélago tienen previsto emitir mañana un comunicado al respecto.

Algunos comandantes militares occidentales han venido comentando que la guerra no puede ganarse únicamente por la vía militar, razón por la que serían necesarias estas negociaciones.

En este sentido, el jefe del Estado Mayor paquistaní, general Ashfak Parvez Kayani, ha venido en las últimas semanas expresando el deseo de Pakistán de participar en la mediación con los talibán. Ya con anterioridad un miembro de la Inteligencia del país ha expresado el malestar de Islamabad al sentirse excluido de estos acercamientos.

ÚLTIMAS BAJAS MILICIANAS

Por otra parte, la Policía de Karachi detuvo hoy a un presunto comandante talibán paquistaní, al tiempo que en la región fronteriza de Kurrum un grupo de hombres armados tendió una emboscada a un vehículo en el que viajaban varios milicianos y asesinaron a seis talibán e hirieron a otros dos, según fuentes policiales.

La Inteligencia paquistaní informó también hoy de un ataque de la aviación estadounidense en la conflictiva región de Waziristán Norte. En esta ocasión murieron tres milicianos. Pakistán es reacia a este tipo de ataques sobre su territorio, puesto que a su entender supone una violación a su soberanía y perjudica a sus esfuerzos contra la insurgencia.

En los últimos diez meses Islamabad ha avanzado en esta lucha, pero ha descartado emprender una gran ofensiva contra los grupos de talibán afganos refugiados en su territorio argumentando que sus tropas no dan abasto.

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