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Goni o la espiritualidad en la pintura

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Está dotado de una sensibilidad y espiritualidad extremas. Cuando visitó el Museo de Néstor de la Torre, en Las Palmas de Gran Canaria, sufrió el 'mal de Stendhal'. Al contemplar tanta belleza, se sintió abrumado, y una sensación de vértigo y confusión se apoderó de su cuerpo. Goni (Santa Cruz de La Palma, 1973), un artista comprometido firmemente con los derechos humanos y la ecología, vive entregado a la creación en un amplio estudio en el que reina la paz y el sosiego. Mientras respira aromas de incienso y oye música religiosa antigua, da pinceladas de color, acompañado de sus tres perros, sobre telas de lino, el único material que le asegura la perdurabilidad de su obra. Goni expone hasta final de mes una decena de cuadros en la sala de arte 'Hay un mundo por conocer?La Palma' de La Molina Artesanía de la capital. Es la primera vez que exhibe sus piezas en solitario. “Estuve aprendiendo durante 39 años, y la primera exposición la realicé hace casi un año junto a Luis Morera en el Colegio de Abogados de Santa Cruz de La Palma”, ha señalado a LA PALMA AHORA. Inició estudios de Bellas Artes, pero no le interesaron, por lo que decidió “seguir por mi cuenta y trazar mi camino”. “Toda mi vida he estado aprendiendo (sobre materiales, química, física, compuestos químicos de la pintura, reacciones?), porque me daba vergüenza exponer sin saber lo que estaba haciendo”, ha admitido.

Entregado a la pintura

Goni pinta desde que nació porque procede de una familia de tradición artística. “Lo he mamado desde pequeño, así que no lo puedo evitar, sufro una especie de inercia que me conduce a la pintura”, dice. “Lo es todo para mí, he entregado mi vida a ella, sin importarme el dinero, lo que quiero es aprender, aunque tenga que pasar hambre”, asegura. En la actualidad, se dedica en cuerpo y alma a esta expresión artística. Se levanta a la seis de la mañana, empieza a pintar a las ocho, almuerza a las dos, saca los perros a pasear, y vuelve a coger el pincel desde las cinco a las siete de la tarde. En total, “nueve o diez horas al día, hasta que se acaba la luz”, señala. “Me lo he jugado todo a esta carta”, reconoce. Para crear, Goni necesita unas condiciones especiales. “Luz natural, un estudio amplio y vacío, mis tres perros, música religiosa antigua (anterior al Barroco), incienso, mucha paz y mucho karma”. Este creador es ateo, pero entiende la religión como “espiritualidad y referente del alma”. “Ahora estoy todo el día pintando, pero antes he estado estudiando páginas y páginas en internet en inglés, francés, alemán; me he repasado todo los estudios que hay sobre pintura, durabilidad, pigmentos? Yo he apostado por vivir del arte, y voy a tirar para adelante y afrontar lo que venga”, afirma.

El estilo de Goni es muy personal, y variable. “Depende del sitio en el que me encuentre: si estoy fuera de Canarias hago surrealismo, realismo mágico ?como yo lo he denominado- y simbolismo, pero si me encuentro en el Archipiélago, me inclino por la pintura costumbrista, porque estamos rodeados de belleza”, explica. “La abstracción para mí tiene mucho valor, pero primero tienes que demostrar que eres pintor de verdad, porque es la plasmación directa del sentimiento; yo he hecho cuadros abstractos, pero si tengo una técnica propia tampoco voy a desperdiciarla”, comenta.

La huella de Néstor de la Torre

Entre sus referentes en pintura se encuentran Velázquez, Murillo, Dalí o Richard Schmid. De los creadores locales se queda con el gran acuarelista Orestes Anatolio, considerado un poeta de la pintura. “Lo veía pintar de niño y realmente me parecía un mago”, recuerda Goni. Pero el grancanario Néstor de la Torre le dejó una profunda huella. “Cuando fui a su museo a Las Palmas de Gran Canaria sufrí el 'mal de la belleza', el 'mal de Stendhal': me quedé tan impactado viendo su obra que todo empezó a darme vueltas y a marearme, me abrumó tanta belleza, tanto trabajo, tanta perfección? Creo que es uno de los mejores pintores de la historia, con una técnica que nunca había visto en mi vida, y además, su obra está hecha con óleo, que es una de las pinturas más jodidas para trabajar”, resalta. “A medida que contemplaba sus obras, iba sintiendo vértigo, confusión y mareo por la belleza, por la técnica, por todo; cada vez que me deprimía visitaba el Museo de Néstor”, recuerda.

Goni pinta retratos y obras de temática religiosa (en homenaje a otros artistas), tradicionalista o surrealista. La naturaleza siempre tiene un protagonismo especial en sus cuadros. Como técnica utiliza el acrílico. “Todo lo demás se echa perder; el acrílico es el mejor material de pintura que se ha inventado jamás, es plástico coloreado con pigmentos de primera calidad”, precisa.

El artista, en opinión de Goni, debe tener un compromiso social. “En La Palma tenemos el ejemplo de Luis Morera, que ha logrado cambiar muchas cosas de la mentalidad de la gente, pero en mi caso, con la que está cayendo, me tengo que evadir, y me voy a la infancia, a la belleza, a las tradiciones para poder desconectar de lo que ocurre en la sociedad actual”, confiesa.

La belleza de La Palma ha modelado a Goni cromática y artísticamente. “Los cuadros míos tienen mucho colorido; como soy palmero, los colores de la Isla se han impregnado en mi retina y si, por ejemplo, voy a Gran Canaria, allí lo veo todo en tonos grises”, señala.

Atmósfera limpia

En la sala de arte 'Hay un mundo por conocer? La Palma' de La Molina Artesanía, Goni expone hasta final de mes una decena de cuadros que representan distintos momentos de su vida. “Son en realidad bocetos, porque pienso dar un salto de calidad mucho mayor; este es un primer paso, voy creciendo vital y artísticamente con calma”, dice. “Busco esa belleza que se ha perdido en la pintura, pinto vacas, grajas, paisajes; la naturaleza siempre está presente en mi obra porque la necesito para vivir, y la gente no es consciente del patrimonio natural que tenemos en Canarias”, sostiene. De La Palma le abruma “la limpieza de su atmósfera; si la comparas con Gran Canaria, es como ver una isla en blanco y negro o en tecnicolor”, reflexiona.

Este artista pretende vivir del arte, pero reconoce que “son tiempos malos para todas las profesiones: tal y como está la cosa, no te puedes plantear el futuro más allá de mañana”, indica.

El propietario de la sala de arte 'Hay un mundo por conocer? La Palma', David Hernández, opina que Goni es “un pintor joven con mucha sabiduría”. Destaca de este creador “el color y su forma de trabajar, ya que sus obras reflejan unas técnicas de pintura que impresionan”. “Tiene un gran conocimiento sobre el mundo artístico, y le admiro tanto como pintor como estudioso del tema”, concluye.

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