Híbrido palmero
Al volcán nuestro de cada día se la dicho de todo, incluso se le ha nombrado con un palabro que para la mayoría de a pie a la que pertenezco era nombre de un maravilloso queso tierno palmero, Tajogaite, cosa que por cierto y para mí al menos, fanático consumidor de dicho queso, honra al volcán igual que al queso. Ahora un estudio de los del veinte por ciento de posibilidades en connivencia con varias prestigiosas universidades extranjeras y dirigido por una señora de Ginebra con nombre que parece sacado de una novela gótica del siglo XIX, nos dice que el volcán nuestro de cada día es “híbrido” y en fin, no me sorprende, pues todos sabemos que el volcáncito normal lo que se dice normal no es. Creo haber entendido en la nota de prensa que es híbrido porque expulsa lava y tefra, otro palabro muy feo que evoca algo sucio y viscoso, pero que al parecer es simplemente ceniza, y que agüita con toda esa parafernalia, pues hay que hacer un concienzudo estudio académico para ver causas y consecuencias etc., etc. En fin, todo esto para decirnos lo que todos sabíamos, que el volcán echaba toneladas de lava y ceniza, y que hay que andar con cuidadín. Menos mal que los vulcanólogos están ahí para decir con palabras raras que tenemos razones para estar acongojados. Que Carracedo nos coja confesados, que ese sí habla en cristiano.
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