A ti, niño tímido. A ti, niña tímida

A ti, niño tímido.

A ti, niña tímida.

Que saltas de dos en dos las baldosas y subes el volumen a un número par.

Que no te escuchan los vecinos y parece que nunca llegas a tiempo.

Que sueñas con un horizonte que va más allá de tus propios ojos.

Me dirijo a ti, por fin, para decirte que no te sobresaltarán los portazos porque los transformarás en flores.

Que esa forma tan callada en la que te expresas te salvará de la corriente.

Y te hará volar todo lo que ahora odias.

Niña tímida de cristales empañados. 

Vas a vencer. Tú y tu constancia. 

Me acerco sólo para agradecerte todo lo que soy y para darte fuerzas.

Porque va a llegar un momento

en el que vas a sentir lo que significa esa satisfacción de ir tachando uno a uno

todos los objetivos.