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Peligroso TTIP (y 2)

La clave estriba en la soberanía. Nos jugamos la libertad de decidir. Con el TTIP que negocian secretamente la UE y EE.UU se profundiza el camino de renuncia democrática que emprendimos al ajustarnos el corsé de la Europa del capital. Con el TTIP se reduce aún más el espacio político en beneficio de organismos no elegidos, pero que representan intereses concretos: los de las elites.

En la cumbre de movimientos sociales de Bruselas se leyó un emotivo mensaje de Alexis Tsipras, el presidente de la heroica Grecia, que lucha contra el terrorífico chantaje al que está siendo sometida por el FMI y la Comisión Europea. Al gobierno griego se le exigen más recortes, se le reclama que legisle contra su propio pueblo, que incumpla el programa por el que fue elegido. Y ello pese a que el propio FMI ha reconocido que las medidas de austeridad agravaron la recesión. Pretenden aplastar la soberanía del pueblo griego y de paso desincentivar gobiernos emancipadores en otros países como España. En los años noventa fueron los países latinoamericanos, como Argentina, quienes padecieron el infierno neoliberal, en forma de privatizaciones, recortes, despidos y miseria. ¿A quiénes benefician entonces las recetas de sangre impuestas por estos organismos internacionales? Es evidente que a los pueblos no. ¿Les creeremos ahora cuando dicen que el TTIP creará empleo y riqueza?

Solo hay dos maneras de gobernar: con soberanía o sin ella. La persecución mediática contra Ecuador, Bolivia, Venezuela o Argentina evidencia que estos países mantienen su soberanía, no reciben instrucciones de organismos internacionales, no aceptan la injerencia externa, no son lacayos de los intereses de los poderosos. Ellos han puesto freno a la avaricia de las trasnacionales. Y lo pagan caro.

Como dijo Tsipras, los movimientos sociales son claves en la lucha contra el neoliberalismo que desgarra a Grecia. “La unión de los pueblos es el camino para derrotar la dictadura económica”. En este camino emancipador toca ahora frenar el TTIP. Dos millones de europeos han firmado contra este Tratado que constitucionaliza la antidemocracia. Hay que re-politizar a la ciudadanía. Que los partidos políticos demuestren a quienes defienden verdaderamente. Corporaciones o humanidad. Ya lo advirtió el Che Guevara hace décadas.

mvacsen@hotmail.com

La clave estriba en la soberanía. Nos jugamos la libertad de decidir. Con el TTIP que negocian secretamente la UE y EE.UU se profundiza el camino de renuncia democrática que emprendimos al ajustarnos el corsé de la Europa del capital. Con el TTIP se reduce aún más el espacio político en beneficio de organismos no elegidos, pero que representan intereses concretos: los de las elites.

En la cumbre de movimientos sociales de Bruselas se leyó un emotivo mensaje de Alexis Tsipras, el presidente de la heroica Grecia, que lucha contra el terrorífico chantaje al que está siendo sometida por el FMI y la Comisión Europea. Al gobierno griego se le exigen más recortes, se le reclama que legisle contra su propio pueblo, que incumpla el programa por el que fue elegido. Y ello pese a que el propio FMI ha reconocido que las medidas de austeridad agravaron la recesión. Pretenden aplastar la soberanía del pueblo griego y de paso desincentivar gobiernos emancipadores en otros países como España. En los años noventa fueron los países latinoamericanos, como Argentina, quienes padecieron el infierno neoliberal, en forma de privatizaciones, recortes, despidos y miseria. ¿A quiénes benefician entonces las recetas de sangre impuestas por estos organismos internacionales? Es evidente que a los pueblos no. ¿Les creeremos ahora cuando dicen que el TTIP creará empleo y riqueza?