¿Cómo vamos?

0

Los datos, en general, apuntan a una 4º ola. La IA a 14 días en el país crece, aún no lo hace deprisa, pero no ha dejado de hacerlo en los últimos días, y, lo que más llama la atención es que la subida empieza a producirse antes de las vacaciones de Semana Santa en las que la movilidad, a pesar de las restricciones, va a ser notable. Esta subida antes de “vacaciones” es la primera vez que se aprecia en los datos. Pero, como siempre, hay que ver la evolución por zonas, por regiones, porque ésta es desigual y no sigue el mismo ritmo. En Canarias la evolución de la pandemia en los últimos días es a la baja, en Tenerife baja y en Gran Canaria se mantiene. En La Palma, ahora mismo, tenemos una incidencia a 14 días de 26´6 y 18 casos activos que son buenos números. Si observamos lo que ocurre en Europa vemos que la nueva ola ya está en marcha en países con datos muy malos, como Francia o Italia, y que han empezado a confinar parcialmente, decretar cierres de actividades no esenciales, incluidos cierres de los colegios. Así ha pasado desde hace un año: las olas se mueven, en general, de este a oeste y nos acaban alcanzando.

 ¿Qué podemos hacer?

Sabemos que la vacuna y el aislamiento funcionan. Por ejemplo, en ocho semanas, la curva de hospitalización en mayores de 60 años en Israel cayó de forma espectacular tras la vacunación y aislamiento. Deberíamos “aguantar” dos o tres meses con medidas estrictas, sobre todo los mayores de 60-65 años para dar tiempo a la vacunación y conseguir que la 4º ola no nos golpe fuerte como si lo hizo la 3º en enero/febrero o la 2º antes de Navidad.

A partir de abril llegarán vacunas en cantidad; en dos meses, o quizás tres, veremos los efectos de las vacunas en las cifras de hospitalizaciones y de fallecimientos, veremos como descienden; pero siempre que mantengamos las medidas de distancia, ventilar, mascarilla e higiene de manos. En caso de no hacerlo así y “relajar” antes de tiempo las medidas, ocurrirá lo mismo que está sucediendo en Chile que, a pesar de ser el país de Suramérica que más vacuna, está teniendo un notable crecimiento de contagios por retirar medidas antes de tiempo.

Vacunas hay. La excusa ya no puede ser que no tenemos vacunas. El lunes llegaban a España más de un millón de vacunas contra la COVID-19 y España superaba una de las líneas psicológicas de la campaña de vacunación: el 10% de la población ha sido vacunada con, al menos, una dosis. Es decir, 4.967.230 están vacunados y 2.604.209 han recibido ya la pauta completa y están inmunizadas.

La cifra, en términos absolutos o relativos, es baja; pero marca un punto de referencia: llevamos meses diciendo que todo depende de lo que hagamos en abril y el momento en que la campaña de vacunación tiene que cambiar de forma radical es ahora. Hay que vacunar a manta, a casco porro, a punta pala. ¡Hay que vacunar a toda velocidad ya!

La campaña de vacunación empezó a trompicones y con fotos para la galería; pero todo ya está o debe estar preparado, engrasado, la maquinaria tiene que estar lista para empezar en abril a vacunar masivamente. El repunte de casos Covid ya está aquí y la única forma de evitar una gran ola, si no queremos hacer confinamiento estricto, es vacunar, vacunar y vacunar. En esta semana se están administrando, en promedio, en España unas 110 mil vacunas al día. Tendríamos que triplicar ese número para tener a unos 25 millones de españoles vacunados a comienzos de agosto. Para conseguirlo en Canarias deberíamos vacunar a unas 20 mil personas al día. Vamos muy lentos. Pero aún es posible hacerlo.

¿Necesitamos algo más?

Si: test, test y test. Los test rápidos de antígenos para detectar a los más contagiosos. En Alemania están a disposición del público en farmacias, supermercados y otras grandes superficies comerciales, pero en España no. ¿Nadie entiende el por qué no están ya disponibles? Sabiendo, como sabemos, que los test rápidos es el complemento a las vacunas para detener la 4º ola y salir de esta pandemia. Los test para detectar el virus son una herramienta esencial en una situación de emergencia sanitaria, para controlar la COVID-19.

¿Por qué pueden ser muy útiles los test de antígenos para controlar la pandemia?

En las medidas de salud pública, se necesita otro enfoque. El objetivo no es saber si alguien tiene ARN del virus en la nariz, sino si es infeccioso ahora, en este momento. La mayoría de las personas infectadas con SARS-CoV-2 son contagiosas durante de cuatro a ocho días, normalmente dos antes de síntomas y cinco días después del inicio de los síntomas. Por lo general, las muestras no contienen virus potencialmente contagiosos más allá del día nueve después de la aparición de los síntomas, y la mayor parte de la transmisión ocurre antes del quinto día. De ahí viene la recomendación de los diez días de aislamiento. Y los test de antígenos sirven justo para esto: para saber si una persona es contagiosa y debe someterse a aislamiento inmediato y a una PCR.

Aunque los test de antígenos tienen una menor sensibilidad que la PCR (requieren más cantidad de virus para que den positivo), su capacidad para detectar personas con alta carga viral y por tanto contagiosos es tan alta como la PCR. Su especificidad (la capacidad de identificar correctamente los que no están infectados), es comparable a la PCR.

Por eso debemos poner a disposición de la gente este tipo de test lo antes posible, como de hecho se hace en Alemania, Serbia, Reino Unido y en la mayoría de los países europeos.

Ya se venden en farmacias test de embarazo, de ovulación, auto-test de Sida, tiras reactivas de nivel de glucosa, test de anticuerpos Covid, test para celíacos, tiras infección orina y autoinyectables de insulina, heparina y glucagón… ¿Por qué no los test de antígenos?

No solo las vacunas, sino también los test de antígenos de uso en casa para detectar el SARS-CoV-2 podrían cambiar el rumbo de la pandemia.

Cuidarse y cuidar a los vuestros. Sobre todo, en las próximas ocho o diez semanas. Si todo va bien, en tres o cuatro meses todo será distinto.

Etiquetas
stats