Remolinos que favorecen a las ballenas en el Sur
La Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), tras un trabajo sobre la presencia de mamíferos marinos en las aguas del suroeste de La Palma, planteó hace unos años la necesidad de ensanchar la franja del litoral de Fuencaliente declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) con el fin de acotar un espacio para la crianza de las descritas especies. En ese entorno oceánico, al socaire de los vientos alisios, se dan cita, según patrones de barcos de excursiones, en un número cada vez mayor, manadas de delfines y ballenas.
La elección natural de ese hábitat para pasar largas temporadas por parte de tales animales tiene varias explicaciones. Una de ellas posiblemente sea que, además de sentirse seguros y tranquilos en la zona, la denominada corriente de Canarias forma a sotavento “una estela de aguas calmadas más cálidas, en las que se produce una concentración de zooplancton”. La reseñada descripción de las aguas que bañan la Isla está recogida en el apartado de ecosistemas marinos del Estudio General de la Demarcación Hidrográfica de La Palma. No obstante, en la Isla, las áreas más ricas en los referidos nutrientes se localizan en el Norte y en el Este, según ha indicado a LA PALMA AHORA un biólogo especialista en esta materia.
En el Estudio General de la Demarcación Hidrográfica, en el análisis del ecosistema marino, en concreto, se indica que “las islas están distribuidas transversalmente respecto a la corriente de Canarias, con canales de separación entre ellas relativamente cortos y, al menos entre La Palma y la alineación Tenerife-La Gomera-El Hierro, de gran profundidad”. Recuerda que “debido a su juventud relativa, la plataforma insular de La Palma es casi inexistente”.
La reseñada corriente, añade, “se ve modificada, dando lugar a la aceleración del flujo en el canal (por encima de la velocidad normal de 0,1 a 0,2 metros por segundo) y a la formación de zonas de gran turbulencia al Este y Oeste de la Isla, con remolinos ciclónicos y anticiclónicos que bombean y transportan hacia el Sur los nutrientes de la capa fótica (en la que penetra la luz del sol), que suelen mostrar concentraciones muy bajas”. Otro efecto de la corriente, añade, “es la formación a sotavento de una estela de aguas calmadas y más cálida, en la que se produce una concentración de zooplancton”.
Similares a chimeneas de las Galápagos
Por otro lado, en el Estudio General de la Demarcación Hidrológica de La Palma se expone asimismo que, aunque no se han descrito, “se considera probable la existencia de comunidades de chimeneas hidrotermales asociadas al vulcanismos de fondos profundos, similares a las citadas en Galápagos o Azores; ecosistemas que se sustentarían tróficamente en la biomasa de las bacterias quimioproductoras”.
También se apunta que “los fondos rocosos intermareales y submareales son mucho más abundantes que los arenosos”. En ellos, precisa, “se desarrollan bandas de algas macroscópicas, que en gran medida sustentan las redes tróficas de los fondos costeros: herbívoros como la vieja, la salema, la lapa o los microinvertebrados; y detritíveros, como los crustáceos misidáceos”. Abundan igualmente, añade, “los planctófagos como fulas y bogas”. Entre los depredadores, subraya, “se encuentran la bicuda, los medregales, el abade y el mero”. En sitios más profundos y “con corrientes fuertes” se hallan “invertebrados como las gorgonias”. Agrega que “estos fondos cubiertos de algas sirven de zona de cría de alevines y refugio de juveniles de muchas especies”. Señala que “en muchos sectores el desarrollo de la banda algal está muy limitado con respecto a la capacidad potencial, debido a la intensa actividad herbívora de los erizos, especialmente el de Lima (Diadema antillarum), dejando fondos limpios de alga conocidos como blanquizales”.