El abogado de Sortu: “Hubo un debate para abandonar la estrategia militar”
MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Adolfo Araiz, uno de los dos abogados que defendió a Sortu en el proceso de impugnación de sus listas que se celebró ante el Tribunal Supremo, ha asegurado en la Audiencia Nacional que la izquierda abertzale desarrolló “un debate a calzón quitado” para superar su “convulsión ideológica” tras el fracaso del proceso de paz de 2006 y defender que “la estrategia militar debía ser abandonada”.
Araiz, que ha declarado como testigo a propuesta de las defensas en la cuarta jornada del juicio por la reconstrucción de Batasuna a través de Bateragune, ha dicho que la estrategia que llevó a la izquierda abertzale a apostar por vías exclusivamente pacíficas “fue iniciado” por el grupo que integraban Arnaldo Otegi y el resto de acusados, y que en ese debate también se analizó la 'ponencia Mugarri', que los informes policiales atribuyen a ETA.
“Eran un grupo de personas a las que les preocupaba la situación de la izquierda abertzale y en ningún momento se presentaron como sustitutos de la Mesa Nacional”, ha señalado Araiz durante su intervención ante el tribunal, en la que ha explicado, además, que este “núcleo de discusión” nunca se presentó con el nombre de Bateragune.
“ETA NO PARTICIPÓ EN EL DEBATE”
El columnista del diario 'Gara' Joxean Aguirre, que participó en el debate en el seno de la izquierda abertzale que finalizó en noviembre de 2009 con la presentación de la declaración de Alsasua, ha señalado que compartió análisis con los acusados Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez y éstos nunca hablaban “en nombre de nadie que no fueran ellos”.
“ETA no ha participado en este debate, como he dicho en respuesta a mi abogada defensora”, ha señado Aguirre, que ha comparecido en la vista oral con la condición de testigo y, por tanto, sin representación letrada. “Jamás en toda mi vida militante he oído hablar de Bateragune”, ha añadido cuando ha sido interrogado por el fiscal Vicente González Mota.
El testigo ha señalado que Otegi le citó en otoño de 2008 para manifestarle su “frustración” por el fracaso del proceso de paz de 2006 y trasladarle la necesidad de que contribuyera, desde su “tribuna de opinión, modesta pero real”, a la configuración de “una nueva estrategia” que abogara por “vías exclusivamente pacíficas y democráticas”.