Víctimas, acusasiones y defensas creen que se ha contaminado el juicio del 11M
Víctimas, acusaciones y defensas hacen balance del juicio por los atentados del 11-M que concluyó este lunes después de cuatro meses y medio, y todos coinciden en afirmar que éste se ha visto “contaminado” por cuestiones ajenas al proceso.
La presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón, considera que pese a los intentos que ha habido durante los cuatro meses y medio de vista oral, que comenzó el pasado 15 de febrero, de introducir elementos ajenos al proceso para sembrar dudas, ha quedado claro que “aquí no ha estado ETA en ningún momento, aunque la hayan traído todos los días, incluso a etarras”.
Apunta que han pasado “días muy duros y difíciles” y destaca la declaración de los forenses, los testimonios de las propias víctimas, el “baile de peritos” o “escuchar preguntas que no sabíamos si conducían a la verdad o no y que han hecho mucho daño”, y recordó la siguiente cuestión planteada por una defensa: ¿A que olían los trenes al 11-M?.
Tras alabar la labor del tribunal, que no ha permitido “desvaríos”, Manjón asegura que las víctimas no quieren una “sentencia ejemplar ni una sentencia abierta” por los atentados, sino “sencillamente ajustada a nuestra legislación y a los hechos que aquí se han juzgado”.
Desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Javier y Pilar, ambos víctimas de los atentados, señalan que se llevan una “sensación agridulce” porque “no se ha descubierto toda la verdad”, y la segunda consideró que ha habido una “confusión absoluta” y que durante la vista ha experimentado sensaciones de “tristeza, rabia o desolación”.
En su opinión, “da la sensación” de que no se han volcado en el verdadero objetivo del proceso y, aunque Javier subraya que no se lleva más dudas de las que tenía antes de comenzar el juicio, cree que “hay cosas que no han quedado suficientemente probadas”.
Para Pilar, lo más positivo es que “haya habido juicio” y el tratamiento que el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, ha dispensado a las víctimas, valoración que también comparte Javier.
Por parte de los letrados, la defensa de uno de los considerados instigadores de los atentados, Rabei Osman El Sayed, Mohamed El Egipcio, Endika Zulueta critica que las acusaciones hayan dedicado más tiempo “a ver quiénes han sido o el han sido otros”, que en individualizar la posible conducta delictiva de los 28 acusados.
“Creo que tenían que haber dedicado más esfuerzo a realizar un trabajo más estrictamente jurídico y de individualización de conductas, y eso ha brillado por su ausencia”, apostilla el letrado al indicar que la “depuración de responsabilidades políticas, o incluso policiales, debe realizarse en otros foros”.
Considera que “cualquier otro debate es ajeno a la sala” y dijo que “si en algún momento se ha introducido, pues que los que lo han introducido den explicaciones de por qué lo han hecho, y si creen que sacan algo en claro o no”, si bien reconoce que “políticamente ha sido muy interesante para todos y muy enriquecedor”.
Para Zulueta, lo más positivo es que las garantías del proceso se han respetado al máximo, que se ve reconocido el trabajo de los abogados de oficio y que el tribunal “ha establecido la balanza que simboliza la justicia con pleno equilibrio”.
Desde las acusaciones particulares, Gonzalo Boye, que representa a los familiares de la única víctima chilena -nacionalidad también del letrado- de la masacre, critica el papel que han jugado algunos de sus colegas, “que se han desviado del objeto procesal”, y opina que tendrán que justificar “en su día” sus planteamientos.
“De lo que se trata es de buscar una sentencia ajustada a derecho y no venir a hacer planteamientos políticos o con intereses políticos absolutamente ajenos a un procedimiento penal”, subrayó el abogado, que añadió que “lo único” que va a ayudar a aclarar los hechos es “la propia sentencia y la prueba practicada”.
Boye destaca cómo el tribunal ha agilizado la práctica de la prueba porque “podría haber sido un juicio eterno”, y asegura que Gómez Bermúdez “jamás no ha presionado, lo que pasa es que el juez tiene que dirigir los debates y eso significa que no nos permita muchos de los devaneos que nos gusta hacer a los abogados cuando estamos en el estrado”.