Espacio de opinión de Canarias Ahora
Rávena puede venir a Canarias
Desde hace años el Festival de Rávena cumple con un compromiso humanitario desarrollando el proyecto Caminos de Amistad. Por esta razón programa una vez cada año en Beirut o Damasco, Jerusalén o Sarajevo. Tienen en común estos sitios la condición de lugares devastados. El año pasado ese proyecto se escuchó en Lampedusa.
Beethoven ya pensaba que la música es la única forma de acceder a un mundo superior del conocimiento que envuelve y seduce al ser humano, aunque este no pueda entenderlo. El mismo compositor explicó la razón por la que no bajó la cabeza al cruzarse con la emperatriz en el balneario de Teplitz. Afirmó que solo conoce una medida de superioridad en el ser humano, la que se aloja en la bondad de su corazón. Cuántos y tantos pensadores han reconocido al oído como el último sentido que persiste en el caso de desconexión con esta vida. La música podría existir ajena al mundo físico.
El Festival de Rávena, que incluye muchas cosas y también música, lo dirige la señora Mazzavillani, esposa de Riccardo Muti y la razón por la cual la primera batuta de nuestro tiempo es un invitado habitual. En Lampedusa interpretó la suite de Lamia, obra electroacústica ya estrenada en Rávena y dedicada a una joven somalí que entre Mogadiscio y Addis Abeba pasó por una cárcel en Libia, representó a su país en las Olimpiadas de Pekín y murió por no saber nadar al perder el cabo de la cuerda que le iba a salvar la vida en el puerto de Lampedusa. Una vida y una muerte de inmigrante. Ya escribí sobre esta horrible historia. Nos suena y resuena esta tragedia a lo acontecido en El Hierro.
En África se vive mejor que hace 100 años y peor que hace sesenta años, ya saben, la descolonización. En África, el 40% de la población vive en la extrema pobreza. África crece para que algunos ingenuos hablen de afroptimismo. África necesita paz y luego democracia. Más empresa y menos ayuda. Son demasiados los jóvenes pobres y urbanizados conectados a internet, pero con la mirada triste y sin ninguna expectativa. No pueden ser padres, no pueden ser hombres. No forman parte del futuro. Son aspirantes a miserables, una forma peor de ser pobres.
Wozzeck es una ópera que tiene un lema, que los pobres no pueden tener moral y por eso no pueden tener libertad. La desesperación por su pobreza es total en Wozzeck y convertido en miserable, se convierte en asesino. Víctor Hugo explica cómo la pobreza extrema somete al ser humano a un límite donde la luz se confunde con la sombra y de esta forma la oscuridad entra en sus corazones. En esa oscuridad aparece la infamia junto a la miseria perjudicando de forma principal a niños y mujeres. Víctor Hugo contó como nadie el camino que lleva a un pobre a ser miserable. Trazó el camino que lleva desde la pobreza a un hombre a volverse miserable.
Imposible olvidar lo que sucedió en El Hierro. Podemos olvidar como personas algún tiempo, pero no podemos olvidar nunca como pueblo a las víctimas de La Restinga. La compasión tiene una definición canónica y dos acepciones que hablan de pena por el mal ajeno, pero también de identificación con lo que sufren otros. Compasión es cómplice de piedad, pero también de solidaridad o humanidad. Dos milenios de cultura cristiana han ponderado la primera acepción en la forma como denunciaba Nietzsche, que consideraba esa virtud cristiana una moral de esclavos sede de los valores de débiles y oprimidos. Está certificada la compasión de los elefantes entre otras especies y a veces dudamos de la nuestra.
El Papa Francisco quiso venir y no pudo. El Festival de Música de Canarias tiene que querer invitar al Festival de Rávena para ver si puede hacer música en recuerdo de aquellos a los que no les queda música para hacer bailar a la vida. Tres niñas y cuatro mujeres ya tienen lápida en El Hierro, pero solo se lee “inmigrante”. Fatoumatta, Marima, María Biniti, Sarah, Adama, Mami y Aissatou merecen que a través de la música le brindemos ese homenaje allí donde un sentimiento nos haga sentir lo que acaso no entendemos.
Viviendo esa música no será posible el olvido y no habrá un solo día y de algunos días ni una sola hora en la que alguien no escuche algunos de esos acordes. Hay basura doméstica y hasta hay basura nuclear. Pero la basura basura son los políticos que no entienden lo que acabo de escribir. Creíamos tener cerradas con llave las puertas de la democracia a esa gente. Pero ellos están dentro. No me acostumbro a acostumbrarme a olvidar que esos niños vienen a Canarias pobres para evitar ser miserables. Si aceptamos el escandallo de Beethoven para ver medir la superioridad del ser humano, la bondad estamos todos quedando rematadamente mal. Pero unos peor que otros. Si Ravenna y Canarias hermanan sus festivales, será un concierto en La Restinga de redención e inolvidable.