El descontento político y el pesimismo condicionarán el voto el 24M

La mayoría se decanta por una formación de izquierdas aunque aún no tienen claro su voto.

Alicia Justo

Las Palmas de Gran Canaria —

Canarias Ahora ha salido a la calle para conocer qué inquietudes y aspiraciones moverán a los canarios el próximo 24 de mayo a escoger una papeleta u otra. El voto decisivo, que aupará al poder a unos y castigará a otros, será ese domingo, aunque este recorrido arroja pistas sobre qué esperan y desean los votantes.

Judith Olmedo tiene 19 años y es estudiante de Educación Infantil. Tiene claro su voto, que irá a Nueva Canarias porque, como explica, comparte su ideología. Sin embargo, hay un tema que le produce especial incertidumbre: el futuro. “Lo veo muy negro. Si no buscamos una solución nos vamos a tener que ir de aquí. Los que estamos estudiado debemos tener una mentalidad muy abierta para poder salir; y lo peor es que España saldrá perdiendo porque ser marcharán muchos jóvenes valiosos”.

La posibilidad de un futuro digno es la quimera para la mayoría de los encuestados. Poder vivir en Canarias con un empleo y una vivienda roza tanto la fantasía que muchos ya saben que harán las maletas y se marcharán a otro país. El negro es el color que asocia la mayoría a la palabra futuro. La oscuridad les ha ensombrecido a muchos la esperanza para sí mismos y para las generaciones venideras.

Jessica Martín tiene 32 años, es autónoma y madre soltera. “Lo que más me preocupa es lo que tendrá que ver mi hijo; si esto sigue así no sé qué les espera a los más pequeños”. Ella es un ejemplo del escepticismo irrevocable que ha generado la clase política en la ciudadanía. Asegura que irá a votar pero que su papeleta irá en blanco. No confía ni en los partidos tradicionales ni en los de nueva creación, “salga quien salga, hará lo mismo que el partido anterior porque todos son iguales”.

La mayoría se decanta por una formación de izquierdas

Javier de 67 años manifiesta que la sensación que le deja la política española y canaria es la de una clase que nunca ha trabajado por el bien común y en quienes ha primado el interés propio. El amiguismo es a su juicio una de las características de la política canaria. Esa y el “lloriqueo”. La excepción la encuentra en Antonio Morales, quien “merece todo el respeto por lo que ha hecho por Agüimes”. No obstante, no ha perfilado aún su voto. Solo tiene claro que optará por un partido de la izquierda.

Más de la mitad de las personas encuestadas se decantan por una formación de esta corriente. Pino Santana y Manuel Hernández son un matrimonio de jubilados también angustiados por el devenir de Canarias. Ambos expresan con rotundidad qué papeleta introducirán en la urna el domingo 24: la del PSOE. El paro, los precios y la sanidad, “las largas listas de espera para que te operen o te hagan una prueba”, son para esta pareja las cuestiones más importante que deben remediar los políticos. Manuel confiesa que aun no ha perdido la fe en el grupo socialista, formación que puede lograr la recuperación del país. Y aunque valora de manera positiva la irrupción de partidos como Podemos, no “confía” en ellos.

A Podemos sí lo votará Pedro Hernández de 32 años y estudiante de arquitectura. “Me encantaría que se rompiera el bipartidismo para que haya más grupos en el Parlamento que puedan decidir”. Vincula a la clase gobernante canaria con la avaricia, “CC pactará siempre con aquel partido que le dé más”.

La desconfianza hacia los políticos canarios es notoria entre los encuestados. Bárbara tiene 24 años y a pesar de la frescura que irradia por su juventud hay ideas que las tiene claras. No olvida al ministro Soria y su plan para extraer petróleo en Canarias, un hecho que aún hoy le irrita. Todavía no sabe a quién votará pero asegura que no lo hará a ninguno de los grandes, ni a Podemos.

Compromiso, transparencia, honradez. Son las tres palabras más repetidas por las personas cuando se les cuestiona qué les piden a los gobernantes. Que lleven a cabo lo que recogen en el programa electoral y que las promesas se conviertan en actuaciones, “que bajen al ruedo”; que declaren sus ingresos y su patrimonio y sobre todo, que la corrupción deje de ser la marca España. Dolores Cáceres, abogada de 42 años también espera de ellos una cercanía que logre erradicar la imagen distante que tiene la sociedad de la clase política. Los partidos emergentes han conseguido que PP y PSOE hayan comenzado a acercarse más a la realidad porque “temen perder su hegemonía”. Ella, que se define como una persona de centro y que tiene la misma imagen negativa de la política canaria y la nacional, todavía no ha decidido qué papeleta depositará en las urnas.

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