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Un soplo de aire a la industria canaria

Macame Mesa / Carmen Mesa

El nuevo horno instalado en Vidrieras Canarias S.A., denominado Guanarteme IV, ha comenzado a funcionar este jueves en la nave ubicada en el Polígono Industrial de Salinetas, en el municipio grancanario de Telde. Tras permanecer dos meses cerrada por la construcción de la infraestructura, la empresa canaria ha asegurado que los 11 millones de euros invertidos servirán para reanudar su actividad y hacer que ésta continúe durante los próximos 10 años.

El encendido llevado a cabo durante la mañana supone un soplo de aire a una industria canaria, que ha visto como sus beneficios han disminuido considerablemente desde el inicio de la crisis económica. El director gerente de la empresa, Jesús Cayeiro, afirma que el mercado isleño “está sufriendo bastante” y señala que la entidad ha pasado de vender 30.000 toneladas de vidrio al año en el Archipiélago, a 21.000. Por otro lado, indica que dicho déficit queda suplido por el nivel de exportaciones al Caribe y África, por lo que “nos está yendo muy bien”.

Cayeiro prevé que con las mejoras tecnológicas instaladas, el nivel de producción se incremente en un 5% el próximo año. Un porcentaje que se verá incrementado hasta el 18% con la entrada en funcionamiento de una ampliación de secciones que “está prácticamente preparado y se montará en los próximos meses”, apostilló.

El director se muestra optimista con las exportaciones al continente africano, donde Vidrieras Canarias coloca sus excedentes. Asimismo, destaca la importancia de la buena aceptación del mercado extranjero, debido al sobrecoste de energía que sufre Canarias, donde el combustible cuesta un 30 por ciento más que en la Península, territorio en el que se encuentran afincadas las principales empresas competidoras. En este punto, el asesor de la entidad Antonio Rivero, precisó que la factura de la electricidad, fuel y propano que gasta la nave asciende a los seis millones de euros anuales.

En referencia a las ventajas que supondría la entrada en vigor de un nuevo Régimen Económico y Fiscal (REF), Cayeiro rechazó la necesidad de obtener en el futuro algún tipo de subvención y aseguró que “somos capaces de subsistir y de buscarnos la vida como nos la hemos buscado con las exportaciones”. Sin embargo, añadió que “nosotros lo que queremos en el REF es protección solamente”, en sentido de que “no puedan venir aquí unas empresas que tienen excedentes, como hay en todos los sitios y colocar sus productos tirando los precios”.

La plantilla de Vidrieras Canarias, formada por más de 110 trabajadores, se ha visto reforzada durante los últimos meses por 165 profesionales, entre los que se encuentran extranjeros expertos en este tipo de instalaciones. Cayeiro afirma que la financiación de la nueva infraestructura proviene de los beneficios de la empresa, que ascienden a 1,5 millones de euros anuales, al contar con un volumen de negocio de 25 millones de euros al año. Unas cifras que según precisa, no han variado demasiado desde el inicio de la crisis gracias a las exportaciones.

En referencia a la inversión, declara que “aquí tenemos un grupo muy importante de empresarios canarios que lo que quieren es invertir y luchar por Canarias. Ellos son los que han empujado más en esta inversión, porque las multinacionales, yo siempre digo que no tienen corazón, van donde está el dinero, pero los canarios querían crear riqueza y actividad aquí”.

Cayeiro hace hincapié en la labor medioambiental “importante” que lleva a cabo la empresa, que recoge, limpia y trata 30.000 toneladas de vidrio al año de las calles de las Islas y luego coloca en el mercado 21.000.

165 millones de botellas

Se trata de la fábrica más pequeña de España, cuyo horno es a su vez el más versátil, al poder procesar cuatro colores de cristal (dos tipos de verde, blanco y topacio), cuando lo normal es que tan solo se puedan introducir dos, según indica Rivero. Con el encendido de Guanarteme IV, se inicia su templado hasta alcanzar 1.500 grados, un proceso que dura siete días. Cada botella sale del horno a 900 grados centígrados y luego pasa por un proceso de enfriado.

La entidad prevé pasar de generar 135 millones de botellas al año, a unas 165 millones. Esto supondrá pasar de las 42.000 toneladas de peso, a las 47.500, de las cuales más del 50% se exporta a 27 países, debido a la caída de la demanda en el Archipiélago.

Una vez finalicen los 10 años de vida del horno, Cayeiro explica que se podrá hacer una remodelación que tendrá un coste de unos tres millones de euros y que servirá para que siga funcionando otros cinco años. Aunque el Guanarteme IV se encuentra encendido, la actividad de la empresa no se retomará hasta el término de las obras, que se celebrarán con un acto de inauguración previsto para el próximo mes de febrero.

Aire propanado

Vidrieras Canarias proyecta colocar en colaboración con Endesa una planta de aire propanado en Telde, al contar con el beneplácito del Ayuntamiento, que no sólo suministraría a la nave industrial esta mezcla de propano con aire a presión, sino también al resto del municipio, según aseguró el director.

Una medida que ya se encuentra instalada en el sur de Tenerife, que abarataría en un 30% el coste del combustible y que se encuentra a medio camino del gas natural. Un combustible, este último, cuyas trabas adminsitrativas Cayeiro dice no concebir. “Es una barbaridad”, manifiesta.

Aunque “prácticamente lo teníamos para haber arrancado con el horno” explica que los servicios jurídicos de la Consejería de Industria del Gobierno canario tiene “parado” el concurso público de la planta de gas propanado, porque “otras empresas peninsulares están interesadas en montar esto”, como la petrolífera DISA, a la que la nueva planta le podría suponer pérdidas.

Otro de los proyectos que Vidrieras Canarias se encuentra culminando se centra en la instalación de un filtro que ha tenido un coste de 7 millones de euros y mediante el que la nave pasara de emitir 30 gramos de CO2 a la atmósfera, a tan solo cuatro o cinco.

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