ASÍ LO VIMOS/ Moda cálida y política en Granadera Canaria

Se abrió el telón y se vio una cierta y tensa calma que se mascaba y también se olía en la quinta planta de Granadera Canaria. La querella que José Manuel Soria había interpuesto contra dos periodistas de CANARIAS AHORA, en el momento de los hechos denunciados, solicitaba penas de cárcel y una alta indemnización económica: 750.000 euros entre los dos.

Carlos Sosa y Francisco Javier Chavanel, los periodistas, para defenderse, habían solicitado hasta 15 testigos. Lástima que ningún modisto de categoría estuvo listo para el momento, porque con los medios allí congregados, aquello parecía una pasarela de verdad. Será de pensarlo. La mayoría de los citados fueron llegando con cierta antelación a las puertas del juzgado, siendo uno de los últimos en aparecer el propio denunciante, que ante la multitud allí congregada, entre acusados, periodistas, amigos y demás familia, se sentó a un lado y se dispuso a leer la prensa color salmón. Con detalles, gafas y Juan Santana para protegerlo de cualquier interrupción. Podría haber habido banda sonora para tan pública escena, pero lo único que retumbó y cambió el atrezzo fue la llamada del juez a la sala.

En la nueva localización, dentro de la sala, los testigos fueron desfilando ante los ojos y preguntas de los abogados. Con alguno de ellos, sobre todo los iniciales, se reparó más tiempo, siendo la estrella José Manuel Soria que mantuvo un serio encontronazo con la defensa, algo que era de esperar.

Por la parte de la acusación, la escaramuza fue con Francisco Cabrera, con el que ya se había citado en alguna otra ocasión en algún otro juzgado de la vecina y picuda isla.

Luego, distintas versiones de un mismo hecho. Tangenciales, paralelas, oblicuas, entrecruzadas y desmentidos. Juran verdad, pero cada uno la suya. Por verse, se vieron hasta declaraciones de otra dimensión, la virtual, cuando el vicepresidente del Gobierno de Canarias dijo que el juicio se estaba retransmitiendo en directo por CANARIASAHORA.ES.

A pesar de los matices, colores, más rojo o menos azul, los testigos refrendaron los hechos cayendo, sin embargo, en algunas contradicciones que ya dan que hablar. Después más de cuatro horas de intenso discurso y una pelea frontal entre abogados, el juez tomó una decisión: Se cierra el telón y el juicio quedó visto para sentencia.

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