Aumenta el mercado de test de coronavirus falsos con la llegada masiva de turistas a la vuelta de la esquina

Varios turistas salen de la sala de recogida de equipajes a su llegada al aeropuerto César Manrique de Lanzarote.  (EFE)

Toni Ferrera

Las Palmas de Gran Canaria —

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A las puertas del verano y el relanzamiento del turismo, una investigación de una compañía de seguridad israelí advierte de que el mercado de PCR y certificados de vacunación falsos está aumentando. Desde mediados de noviembre de 2020 Canarias, al igual que el resto de España, exige una PCR con resultado negativo, realizada en las 72 horas previas a su llegada, para entrar en el Archipiélago. Fuentes de Sanidad Exterior, el departamento destinado a la verificación de estos papeles, y la Policía Nacional afirman a este periódico no haber notado un incremento de pruebas fraudulentas en las Islas, pero una de ellas sí reconoce que es complicado detectarlas en caso de que las hubiera. “Una buena falsificación sería difícil de detectar incluso para alguien con experiencia en esta tarea”. 

El proceso de verificación hasta el momento es bastante artesanal. Se hace a ojo. Un viajero presenta un test negativo de PCR, el personal de Sanidad Exterior chequea que los datos concuerdan con el documento de identidad, que está hecho 72 horas antes del vuelo y que la prueba es una de las consideradas válidas. También se realiza un control visual de los síntomas y la temperatura. Si los sanitarios lo ven necesario, y sin importar lo presentado, el pasajero sería sometido a una prueba de antígenos de detección de COVID. 

En Canarias, que seguirá exigiendo una PCR a los viajeros nacionales hasta el 31 de julio, no hay constancia de que se esté haciendo uso de estos certificados falsos. De hecho, las pocas noticias en España al respecto corresponden a varias investigaciones policiales que han concluido con la detención de una persona en Madrid por la venta de estos documentos y otra en Mallorca, un médico alemán que los expedía por solo 80 euros, cuando una PCR puede superar los 110. 

La Oficina Europea de Policía (Europol) informó en febrero de esta nueva tendencia. “Mientras se mantengan las restricciones de viaje debido a la pandemia, es muy probable que prevalezca la producción y venta de certificados de prueba falsos”, apuntó en un comunicado. “Dados los medios tecnológicos generalizados disponibles, en forma de impresoras de alta calidad y softwares especializados, los estafadores pueden generar documentos falsificados de alta calidad… Los Estados miembros deben estar atentos”. 

Según una publicación del diario The Guardian, las autoridades británicas detectan cada día más de 100 personas que intentan entrar al Reino Unido con una PCR falsa bajo el brazo, la mayoría de ellas proveniente de países de bajos recursos en África, Sudamérica y Asia. La BBC contó que una red de timadores se había instalado en noviembre en el Aeropuerto de París de Charles de Gaulle vendiendo certificados de test ficticios. Y The Asocciated Press también informó que la policía brasileña había detenido en octubre a cuatro personas por lo mismo.

La noticia más relevante hasta la fecha la publicó el periódico Clarín. Un hombre, contagiado de coronavirus, presentó en su llegada a Argentina un documento firmado por un laboratorio con el que aseguraba no tener síntomas de COVID. Cuando se colocó delante de las cámaras térmicas el monitor registró una temperatura temporal de 38,5 grados. La policía lo detuvo y corroboró que había volado ya infectado. Al menos 14 pasajeros tuvieron que aislarse y el hombre, de 29 años, se enfrenta a una pena de entre 3 y 15 años si es condenado. “Esta persona está detenida y tiene una situación judicial complicada que se agravará drásticamente si alguno de los pasajeros desarrolla síntomas en los próximos días”, dijo a Clarín la directora de Nacional de Migraciones. 

Una investigación de una compañía de seguridad israelí, Check Point, detalla que existen pruebas negativas falsas de coronavirus que se venden en la darkweb por un mínimo de 25 dólares. Se hace lo mismo con los certificados de vacunación, los que este pasado jueves ha acordado la Unión Europea, y se venden por 250 dólares. El reporte de Check Point explica que los usuarios solo envían sus datos personales y el dinero, y reciben a cambio el documento falso. 

Según datos de Our World in Data, el 48,4% de los residentes en Norteamérica ha recibido una dosis de la vacuna contra la COVID-19. Le siguen Europa (28,2%), Latinoamérica y Caribe (14,2%), Asia (5,2%), África (1,5%) y Oceanía (1,3%). Las regiones con menos recursos económicos van más atrasadas que el resto y el programa COVAX, el mecanismo destinado a repartir vacunas de manera equitativa dirigido por varios organismos internacionales, entre ellos la Organización Mundial de la Salud (OMS), aún no ha despegado. 

Millones de personas siguen esperando por saber cuándo podrán inmunizarse contra la COVID. Y más ahora, que saben que podrían viajar libremente con un certificado de vacunación o acudir a grandes eventos por estar inmunizados contra el virus, como aprobó Israel. “Por lo tanto, existe una demanda fuerte y creciente de vacunas y resultados de pruebas debido a las mayores libertades que esto dará a las personas. Y por supuesto, siempre habrá quienes no quieran esperar su vacunación o un resultado oficial negativo de la prueba”, sentencia Check Point, que se hace eco del proyecto de un certificado covid que la UE tiene pensado poner en marcha el 1 de julio. 

“Parece que varios estafadores y piratas informáticos se han dado cuenta rápidamente del potencial que tiene este mercado falso y se han apresurado a aprovechar la oportunidad de monetización”, agrega. 

Aún falta por concretar los detalles, pero la Unión Europea ha puesto encima de la mesa una serie de pasos para entender cómo funcionará el certificado de vacunación. Contendrá un código QR con una firma digital. Incluirá información clave como el nombre, la fecha de nacimiento, la fecha de expedición, la información pertinente sobre la vacuna/prueba y un identificador único. Permitirá la libre circulación de personas sin restricciones de por medio (a no ser que los países vean necesario actuar para salvaguardar la salud pública). Será gratuito y válido en todos los países de la UE, que tratará de disminuir los riesgos de fraude de dos formas:

Por un lado, la Comisión Europea creará un portal por el que se podrán verificar las firmas digitales de los certificados. Y por otro, también la Comisión ayudará a los Veintisiete a desarrollar soluciones informáticas que las autoridades puedan utilizar para comprobar los códigos QR. 

El panorama para Canarias es el siguiente: un verano de recuperación turística gracias al avance de la vacunación en España y los principales países emisores de viajeros, Alemania y Reino Unido. Una UE abierta de par en par para los viajeros internacionales vacunados a partir de junio. Y un certificado covid que permitirá a las personas inmunizadas, con test negativo o que hayan superado la enfermedad viajar por todo el territorio comunitario. Para el Archipiélago son, en palabras del presidente Ángel Víctor Torres, muy buenas noticias. 

“Canarias no podía ni puede esperar. Nosotros dependemos de esto. El 60% de nuestra población activa depende directa o indirectamente del turismo y todo el año, no tenemos un turismo estacional. Vivimos del turismo los doce meses”, declaró Torres horas antes de la feria FITUR que se celebró la pasada semana en Madrid. 

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